Procreando empleo: palas, baldes y fratachos
Por primera vez desde 2012 creció el empleo en blanco. Y desde junio de 2014 se crearon más de 175.000 puestos laborales. Un análisis del último informe Indec sobre evolución del empleo en el país
Hace unos días el Indec publicó el informe correspondiente al segundo trimestre sobre la evolución del empleo y los salarios de los trabajadores registrados en el sector privado. Este informe está elaborado a partir de la información recolectada por el Sistema Integral Previsional Argentino. No se trata de una encuesta aproximada, sino del resultado de la agregación de la situación de cada uno de los trabajadores registrados en el sistema previsional.
El segundo trimestre del año evidenció el mayor crecimiento del empleo en blanco dentro del sector privado desde los registros del primer trimestre de 2012. Tuvieron que pasar 12 trimestres para que el crecimiento de los puestos de trabajo registrados se incrementara por encima del 2% anual y superara la barrera de los 150.000 nuevos empleos creados en un año.
Entre junio de 2014 y junio de 2015, se crearon 174.468 empleos netos (contabilizando altas y bajas), elevando a 6.490.746 el total de trabajadores registrados en el sector privado. Proporcionalmente, se trata de un incremento interanual del 2,8%.
El sector de la construcción, con un crecimiento del 8,7% interanual (35.328 nuevos trabajadores entre junio de 2014 y junio de 2015) fue el sector que lideró la creación de empleos en el último año.
El crecimiento del empleo en el resto de las actividades fue sensiblemente menor al observado en la construcción, sin embargo refleja una importante mejoría respecto de los últimos trimestres. En el caso de la industria, se registró un crecimiento del 1%. Este valor representa el mejor registro de los últimos tres años. Lo mismo ocurre con el empleo en el comercio con un crecimiento interanual de 1,7% para junio de 2015.
Las variaciones de nivel de actividad en la construcción suelen ser el primer indicador acerca de cómo le va a ir a la economía en los próximos meses. Al mismo tiempo, el sector presenta variaciones mucho más marcadas que el conjunto de la economía, ya sean positivas con crecimiento económico, o negativas cuando hay recesión. Más allá de la mayor volatilidad respecto del empleo industrial, o comercial, la relación entre el crecimiento del empleo en los distintos sectores en el último lustro pareciera reflejar el resultado de una determinada estrategia económica asumida por el Poder Ejecutivo. En los últimos cinco años el empleo en la construcción creció un 17%, en tanto que el empleo en la industria creció un 5% y en el comercio un 10%.
En un periodo de gran inestabilidad de la economía internacional, con problemas con los mercados externos y con un ajustado balance cambiario, las políticas vinculadas al fomento de la actividad de la construcción presentan, al menos, dos atractivos principales. En primer lugar, el crecimiento de esta actividad implica un aumento muy bajo de las importaciones en comparación con el de otros sectores económicos, minimizando así el efecto negativo del crecimiento sobre las cuentas externas. En segundo lugar, se trata de una actividad mano de obra intensiva, por lo que su promoción tiene un fuerte impacto positivo sobre el empleo. Este efecto sobre el empleo se traduce en un mayor poder adquisitivo de la población trabajadora que, volcado al consumo interno, se vuelve un estímulo para la actividad económica en general.
Refugiarse en el crecimiento de la construcción puede ser una medida acertada en el corto y en el mediano plazo, pero a la larga los inconvenientes históricos de la economía nacional volverán a aparecer si no se logran plasmar estrategias de desarrollo integrales de largo plazo. Para ello debemos preguntarnos qué tipo de industrias y de otras actividades queremos que se expandan, qué tipo de consumo queremos promover y en qué marco de alianzas internacionales nos vamos a mover.