La construcción fue uno de los sectores con mejor nivel de actividad y mayor capacidad para generar empleo en Argentina durante los últimos meses, pero ese comportamiento comienza a verse condicionado por la crisis política y económica originada a principios de julio y que aún está lejos de resolverse.  

Tanto en el sector privado, pero particularmente en el público, la actividad sufrió los efectos de una incertidumbre financiera permanente durante el séptimo mes del año y que todavía permanece amenazante. Los constantes aumentos, las re determinaciones en obras y demoras en ejecución, le ponen puntos suspensivos para lo que resta del año al crecimiento de uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina.

Se trata de una de las alternativas de inversión más elegidas, pero también uno de los pocos refugios para quienes no saben qué hacer con sus ahorros en pesos y deciden no dolarizarse. Por un motivo u otro, se convirtió en un indicador de crecimiento económico y de recuperación de empleo, aunque la coyuntura amenaza con ponerle un techo a esa tendencia en el corto plazo.

Desde la provincia reconocen que con la asunción de Sergio Massa al Ministerio de Economía, la planificación de obra pública es día a día. Si bien el propio presidente Alberto Fernández desestimó recortes en las transferencias a provincias, la ratificación de las metas fiscales suponen importantes ajustes en áreas sensibles, y los gobernadores temen que las provincias sean una de las variables de ese ajuste.

Por citar un caso significativo, en Santa Fe se volvió a prorrogar la licitación para la construcción del acueducto San Javier – Tostado, una de las inversiones más grandes de Nación en la provincia, por una cifra cercana a los 28 mil millones de pesos. La apertura de sobres estaba prevista para fines de julio, pero la etapa de transición en el gobierno nacional obligó a posponer la fecha para el 16 de septiembre.

Otro caso testigo de las dificultades económicas es el plan Argentina Hace, una iniciativa del gobierno nacional para enviar fondos a las provincias con el objetivo de impulsar pequeñas obras en municipios y comunas. El problema en este contexto es que los envíos no tienen re determinación de precios, con lo cual muchas de las adjudicaciones deben detenerse ya que el dinero disponible no alcanza para las obras a ejecutar.   

“La provincia va analizando, peleando y negociando obras y adjudicaciones, pero primero hay que acomodar la economía, cuando todo se normalice, seguramente habrá un panorama más claro a futuro”, indicaron a este medio desde el Ministerio de infraestructura de la provincia.

Qué pasa en el sector privado

Algo menos compleja pero no por eso menos difícil es la realidad en el sector privado, donde el contexto se traduce en aumentos exorbitantes de materias primas y faltantes de stock que también obstaculizan el avance de obras de infraestructura.

Los datos que publicó esta semana el índice Sintético de la Actividad de la Construcción (Isac) expusieron que durante junio la actividad cayó un 1,8% respecto a mayo, y de esa forma anotó su primera baja en tres meses. Aún no se verificó completamente el impacto de la crisis política y económica de julio.

Consultado al respecto, el Gerente de la Cámara Argentina de la Construcción (Delegación Rosario), Rubén Llenas, reconoció: “A principios de este año veíamos una buena perspectiva para el primer semestre, ahora no podemos decir lo mismo respecto a fin de año, vemos una situación un poco más complicada en este contexto”.

Desde el sector consideran que las dificultades se presentan con mayor intensidad a la hora de avanzar con la obra pública y por el momento no tanto en lo que concierne al sector privado.

“No vemos para el último semestre una muy buena actividad en la obra pública, teniendo en cuenta las metas fiscales establecidas, esperemos que no ocurra lo mismo que sucedió en 2018 cuando la obra pública fue la variable de ajuste y se dejaron de enviar transferencias a las provincias por obras que financia Nación”, detalló .

En tanto, para el sector privado, consideró: “Tenemos mejores expectativas ya que en este momento es una buena inversión, se puede obtener una buena rentabilidad si se construye en este momento y además la nueva prórroga a la Ley de incentivos puede generar mejores expectativas”.    

Este último apunte responde a la aprobación por parte del Senado esta semana a la prórroga de un blanqueo de capitales e incentivos fiscales a la construcción.

Desde la Cámara celebraron este último gesto por parte del Senado, aunque también siguen muy de cerca los pasos que da el gobierno nacional en su intento por corregir las cuentas públicas, tal como ratificó el ministro de Economía Sergio Massa durante su primer discurso como funcionario.

Rubén Llenas reconoció que en este contexto se encuentran en constante diálogo con funcionarios provinciales para echar luz sobre lo que viene en el corto plazo. Tanto desde el gobierno como de la Cámara reconocen que en el mejor de los casos habrá una desaceleración del crecimiento en la actividad, con riesgo de efectos colaterales en los datos de empleo.