Los propietarios de bares y restaurantes rosarinos intervinieron la calle este viernes frente a la sede de Gobierno para expresar su malestar ante los perjuicios que imaginan de nuevo si la emergencia sanitaria los obliga a otra restricción de actividad. Mientras tanto, representantes del rubro se reunían con el ministro de Gobierno Estaban Borgonovo en busca de consensuar algunas soluciones sostenibles.

Un food truck con musicalización, y los empresarios sentados a modo de emulación de un bar, desplegaron sus carteles de reclamo por una ley de emergencia gastronómica, en el marco de una cuenta regresiva de cara al anuncio del gobernador Omar Perotti por el regreso de fase que los lleve a nuevas restricciones como la anunciada hace una semana con horario restringido.

En torno a la reunión con Borgonovo, Leo Santero, de El Gran Chopp precisó: “Le manifestamos que tenemos once mil empleados y 22 mil puestos indirectos, y somos un sector con mas de dos mil locales, que la mitad nos manifestaron que no van a poder seguir más alla de este año. Calculamos que ya cerraron sus persianas unos 150”.

"Le pedimos la exención de impuestos municipales y provinciales, la financiación de los servicios para plantearlos a tasa cero dese 2021, la extensión del ATP, la quita de ingresos brutos, y luego reducción de estos al 50 por ciento. Le pedimos una serie de medidas y quedamos q viernes q viene trataremos estos puntos para poder sostener la actividad".

Consultado sobre el cierre, recordó: "Nos advirtió que se va a volver de fase seguramente. Si el cierre lo tenemos que hacer, seguiremos la disposición de las autoridades, pero queremos saber si cerramos en qué situación económica lo haremos. Somos espacios de contención que sigue un protocolo de la nación, que evita los encuentros clandestinos".

Aseguró que "la gran mayoría de gastronómicos entiende la situación y queremos seguir estos protocolos, respetando los limites, si podemos seguir abiertos".