El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los Estados Unidos registró una tasa interanual del 6,2% en octubre, la mayor cifra en más de 30 años, según anunció la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS según su sigla en inglés) dependiente del Departamento del Trabajo.

El número, que supera las previsiones de los economistas que estimaban un 5,9% anual, es el mayor desde noviembre de 1990 e implicó una suba de 0,9% respecto de septiembre, el avance más alto en cuatro meses.

Los grandes motorizadores del aumento de precios fueron los precios de la energía en general y los combustibles, junto con los alimentos y vehículos. Los precios de la energía se incrementaron en un 4,8% intermensual (el mayor incremento desde 2014) y 30% interanual, mientras que la gasolina sólo durante octubre subió 12,3% mensual y 59,1% a comparación de hace un año.

Los vehículos usados y 0 km, frente a la escasez de la oferta a raíz de los faltantes de chips semiconductores, también se incrementaron 2,5% y 1,4% respectivamente durante el mes; y 26,4% y 9,8% interanual.

Por su parte, también registraron subas productos básicos como los alimentos que registraron alzas del 0,9% mensual y 5,4% anual. En ese sentido, si se tiene únicamente en cuenta la inflación subyacente (que excluye los precios tradicionalmente volátiles de los alimentos y combustibles), la misma fue del 0,6% mensual (frente al 0,9% general).

Los costos de vivienda que incluye a gastos como la renta y los impuestos de servicios públicos y son considerados como un componente más estructural de la inflación, se incrementaron 0,5% intermensual, el aumento mas pronunciado en cuatro meses.

Una consecuencia del aumento de precios es la contracción del poder adquisitivo: según otro reporte publicado hoy por el Departamento del Trabajo, el salario real cayó 0,5% entre septiembre y octubre, ya que el incremento registrado del 0,4% en el salario horario fue menor a la inflación mensual; mientras que se redujo en un 1,2% a comparación del mismo mes de 2020.