El Ministerio de Trabajo publicó el último viernes el informe correspondiente al mes de julio de 2016 sobre la evolución del empleo y los salarios de los trabajadores registrados en el sector privado. La información disponible, originada en las declaraciones juradas de las empresas aportantes al Sistema Integrado de Jubilación y Pensiones, permite analizar algunas de las consecuencias de la política económica de la alianza Cambiemos.

Entre noviembre de 2015 y julio de 2016 se perdieron 135.000 puestos de trabajo (sólo en el sector privado, en blanco). Si a esta cifra incorporamos los despidos en el sector público y, sobre todo, los despidos en el sector informal (la construcción es una de las actividades que más se desplomó y con mayor incidencia de empleo informal), es probable que el total de despidos pase la barrera de los 200.000 trabajadores.

La otra información relevante es lo acontecido con el salario medio de los trabajadores registrados en el sector privado. Entre noviembre de 2015 y julio de 2016 el salario medio se incrementó un 24% en nuestro país. La inflación en el mismo período fue del 37%. Esto implicó una importante caída del poder de compra de los salarios en este período.

Para medir esta caída del salario real podemos hacer el siguiente ejercicio. Si desde el mes de diciembre los salarios se hubieran movido igual que los precios (si se hubiera mantenido constante el salario real), en julio de 2016 el salario bruto medio del trabajador registrado en el sector privado, debiera haber sido de 21.124 pesos, para equipararse al poder de compra que tenía en noviembre de 2015. Sin embargo, la media salarial en julio fue de 19.029 pesos. Esta diferencia de 2.095 pesos es, en definitiva, el valor de la caída del salario real.

En otras palabras, la alegría en el poder no es gratis. En julio, todos los que trabajamos pagamos una cuota de 2.095 pesos para sostenerla.