La tercera ola de coronavirus pega con fuerza en todo el país. En Rosario se registran cifras récord de contagios y RosarioPlus.com averiguó cómo impactan los casos positivos y aislamientos en la fuerza laboral de la ciudad. ¿Cuál es la mirada de empresarios industriales, comerciantes y gastronómicos?

El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, advirtió la existencia de un creciente ausentismo en las fábricas, que durante las últimas dos semanas aumentó alrededor de 20% por la escalada de casos positivos de Covid-19.

Edgardo Moschitta, presidente de Federación Gremial, se mostró preocupado por la situación y afirmó que “son cada vez más los trabajadores que se contagian de coronavirus y que la evolución del problema es día a día, a eso se le suman los contactos estrechos que tampoco pueden asistir a sus lugares de trabajo y el personal de vacaciones”, para el dirigente empresario eso genera un problema aún mayor.

En cuanto a número de ausentismo por Covid-19 Moschitta sostuvo que es muy heterogéneo, porque depende de qué actividad laboral se esté hablando, pero arriesgó que el ausentismo rondaría aproximadamente en el 15% en Rosario y zona de influencia. “Lamentablemente mucho no se puede hacer y hay empresas que severas dificultades, por ejemplo en la industria hay líneas que requieren determinada mano de obra calificada, lo cual si falta gente se comienza a dificultar, por ejemplo los talleres de inspección que trabajan en línea”, explicó.

Hilando más fino, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario (AIM), Miguel Ángel Conde, fue más mesurado y admitió que hay personal aislado y contagiado, pero que no influyó en la producción de las fábricas. Aseguró que el ausentismo de estas últimas semanas está tres puntos arriba que el habitual en el sector metalúrgico, que suele ser habitualmente de un 8% y ahora no llega al 12%.

“Si bien hay muchos contagios a los que menos perjudican es a quienes trabajan en las fábricas que tienen una línea de producción. Hoy están todas protocolizadas, generalmente el contagio se da en el círculo íntimo”, explicó.   

Concretamente, Conde adujo que en su empresa trabajan 68 personas, de las cuales solo tres están aisladas. “Es razonable que con la cantidad de casos, muchos de ellos sean trabajadores. El número de casos sobre una masa de 7 millones de trabajadores en todo el país, no creo que afecte el funcionamiento de las industrias”, argumentó el metalúrgico.   

Y para reforzar aún más su mirada precisó que en una fábrica con 25 operarios si faltan dos o tres empleados se pueden reemplazar momentáneamente. “No estamos en una crisis, si se puede generar un problema ante falta alguna mano de obra calificada, como es el caso de un tornero, pero eso es una excepción”, detalló.

Por su parte, Ricardo Diab, al frente de la Asociación Empresaria de Rosario y con fuertes vínculos en el comercio de la ciudad y algunas industrias y talleres textiles aseguró en diálogo con este medio, coincidiendo con su par de la Gremial, que el ausentismo ronda hoy el 15% como consecuencia de la virulenta tercera ola de casos, pero depende de qué tipo de empresas se esté hablando.

En cuanto al sector comercial, indicó que la demanda fuerte fue hasta el día de Reyes, por lo cual no afecta en lo más mínimo a este tipo de establecimientos. Además explicó que el comercio no necesita una mano de obra muy especializada y ese personal puede ser reemplazado de emergencia o en todo caso los dueños hacerse cargo. Diab afirmó que por ahora de manera notoria, “no hay comercios que hayan tenido que bajar las persianas por un brete de covid de sus empleados”.

Otro rubro sensible y que debió sostenerse durante los primeros meses de la pandemia es la gastronomía. Hoy en los lugares turísticos del país la alta demanda de servicios y la gran cantidad de personal aislado y con síntomas puso en problemas al sector, aunque esa situación no se repite en Rosario, donde si bien hay dificultades no llegan a generar un cuello de botella difícil de atravesar.

Alejandro Pastore, a cargo del corredor Paseo Pellegrini, aseguró que “el impacto más bien es por vacaciones que se le suma esta situación” y si bien muchos establecimientos debieron achicar todavía pueden funcionar sin problemas. “En Rosario no pasa lo mismo que en los centros turísticos porque no estamos en un momento de alta demanda, mucha gente se fue de vacaciones y eso se nota, pero la gastronomía no está por fuera de la realidad de la ciudad con gran cantidad de casos activos, pero esta situación está por fuera de la operatoria gastronómica, porque si fuese así estaríamos todos cerrados”, enunció.

Para Pastore el impacto más grande se dio desde Navidad a esta parte, con la mayoría de casos leves. “El gastronómico sabe cómo tiene que hacer las cosas, se puede relajar un poco, pero en todos los restaurantes se trabaja con protocolo. No puedo negar que algunas empresas hayan tenido que reorganizase, en mi caso tengo a la encargada aislada y la estoy cubriendo yo, hay quienes cerraron un turno, pero son la excepción”,  sostuvo.      

En Buenos Aires, donde la situación parece ser más preocupante, desde la dirigencia advirtieron que los costos se incrementarán, lo cual  “traerá problemas en la producción, si es que no se genera una acción preventiva que acompañe los protocolos implementados”.

La industria Pyme pide reunirse con el Gobierno y los sindicatos para evaluar urgente nuevas medidas que no impacten en forma negativa en la perspectiva de mayor reactivación y crecimiento para el 2022.