Después de un lunes caliente, hay señales de que podría volver la calma a la ensambladora de motos Guerrero de la ciudad de San Lorenzo. Los popes de la firma adelantaron que ya empezaron las charlas para destrabar el conflicto y que la intención es que este martes la actividad sea normal. “No hay telegramas porque no hay despidos”, aseguraron.

Apoyados por el gremio Smata, trabajadores de Guerrero se manifestaron este lunes desde la madrugada frente a las persianas bajas de la empresa en la ciudad de San Lorenzo. El reclamo fue por el despido de dos trabajadores y ante los rumores de que este lunes la empresa no abriría sus puertas, hecho que generó una ola de rumores que alertó a los empleados. Según el presidente de Pagoda S.A., el “asueto pago” para este lunes estaba charlado desde la semana pasada.

“Para evitar todo tipo de conflicto y situaciones de riesgo personal dimos asueto. La empresa abrirá normalmente el martes y ya empezamos con el diálogo con el sindicato como corresponde”, le dijo a Rosarioplus.com el referente de la firma Gonzalo Guerrero.

Unos 200 empleados de la ensambladora pasaron horas de incertidumbre por la llamativa decisión de declarar un asueto justo al inicio del mes, temerosos de que detrás de esa maniobra se esconda algo más. Guerrero aclaró que hubo dos cesanteados y que el conflicto es solamente con uno de ellos, que pide ser reincorporado.

“Despedimos a dos trabajadores porque no hay laburo. Hace dos meses que en uno de los showrooms no se venden ni 20 motos. Lamentablemente tengo que sacar a los de menos antigüedad. Las ventas cayeron un 50% y hay que pagar en dólares a China con ingresos en pesos”, se defendió Guerrero.

La empresa cuenta con un total de 200 empleados que actualmente están en relación de dependencia y que este lunes se encontraron con las puertas cerradas que le impidieron la ocupación de sus puestos de trabajo. Después de la manifestación y una posterior reunión entre las partes, las aguas parecen calmarse más allá del escenario de incertidumbre que envuelve a la industria en general. La semana pasada, en San Nicolás, la fábrica Motomel optó por no renovar 130 contratos y adelantar vacaciones con tal de recortar presupuesto y detener la actividad por dos semanas.