Los empresarios gastronómicos agrupados en AEHGAR emitieron un comunicado en reclamo de ampliar las habilitaciones municipales de cara a las fechas festivas de fin de año en un año signado por la crisis de la pandemia.

Puntualmente tomaron como una “necesidad” de nuevas habilitaciones que  permitan mesas con más comensales, aumento del factor ocupacional y extensión del horario de cierre de sus establecimientos”.

El pedido tiene sustento luego de que se habilitaran nuevas actividades en clubes y al aire libre que generan reuniones con más cantidad de personas y que “dejan obsoletas las medidas restrictivas que aún se aplican al sector gastronómico”, apuntaron con disconformidad.

Con la proximidad de las festividades, detallaron que “las personas comienzan a averiguar por reservas y los gastronómicos se ven seriamente afectados debido a que deben rechazarlas porque la cantidad es limitada: familias de más de seis personas no quieren pasar sus almuerzos y cenas separados en distintas mesas y, como consecuencia, rechazan la opción brindada por el bar o restaurante consultado, optando por otros tipos de reuniones informales”.

De esta forma, analizaron que “los grupos se juntan de todas maneras pero el empresario pierde oportunidades, acrecentando la crisis que se generó con la pandemia, sin que la restricción tenga un efecto positivo para la salud pública o el sostenimiento de la actividad gastronómica”.

Aseguraron entonces que “el sector gastronómico se encuentra desorientado debido a que no comprende la razón de seguir aplicando algunas de las restricciones que están vigentes. Por ejemplo, en ocasiones personas que han estado practicando deportes grupales como el fútbol acuden a un bar y deben ser separados en mesas distintas, cuando momentos atrás las mismas personas estaban compartiendo proximidad en su deporte. En otros casos, familias completas se retiran de los bares por no poder compartir mesa cuando, por otro lado, familias numerosas están compartiendo un asado en los sectores destinados para los mismos en clubes o campings”.

Aclararon finalmente que “no se trata de oponerse al resto de los espacios o actividades que la gente elige para reunirse, sino de establecer parámetros de igualdad y de no caer en restricciones que, en el caso de la cuarentena estricta, tenían sentido, pero que con el correr de los meses y las habilitaciones de actividades que se han dado lenta y paulatinamente, ya son obsoletas y no hacen más que complicar la crisis que atraviesa el sector y los trabajadores que de él dependen”.