Por Carlos Joseph

La persistencia del clima seco en Sudamérica, en particular el sur de Brasil y la Argentina y que afecta al desarrollo de los cultivos, impulsa en los últimos días los precios de la soja y el maíz.


Los pronósticos climáticos indican ausencia de precipitaciones y temperaturas elevadas para esas zonas, lo cual podría causar estrés sobre los cultivos, advirtió la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), en su Perspectiva agroclimática semanal, pronosticó precipitaciones abundantes sobre el extremo noroeste del área agrícola argentina pero registros escasos sobre la mayor parte del resto.

Según la entidad cerealera, posteriormente retornarán los vientos del trópico, incrementando la temperatura por encima de lo normal en la mayor parte del área agrícola.

Asimismo, prevé precipitaciones abundantes sobre el norte y el centro del área agrícola del Brasil, y valores escasos sobre el sur, acompañadas por una marcada oscilación térmica.

Para la BCBA, el proceso finalizará con el retorno de los vientos del trópico, aportando humedad y produciendo un moderado incremento térmico, con focos cálidos sobre el interior y el nordeste.

El Cono Sur está muy sujeto a alta variabilidad climática, eventos que no son usuales para esta época del año, indicaron por su parte desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, afirmó que "la perspectiva es que el promedio de precipitaciones que alcancemos desde ahora hasta febrero/marzo sea menor a las normales".

Sin embargo, Mercuri explicó que esta segunda Niña que actualmente atraviesa la región "va a ser muy variable por zonas y va a haber un mosaico de diferentes situaciones en cuanto a la condición del cultivo".

Este segundo fenómeno La Niña, que promueve una circulación atmosférica que es desfavorable para el régimen de precipitaciones, sería de intensidad moderada y de probable rápida evolución, coinciden los especialistas.

En ese sentido Roberto De Ruyver, director del Instituto de Clima y Agua del INTA, consideró "probable que algún mes puntual pueda mostrar una característica opuesta a esta descripción, tal como sucedió en el último evento La Niña en el mes de enero 2021 en particular, que cabe aclararlo, fueron las lluvias que salvaron buena parte de la cosecha de verano 2020/2021".

No obstante, los temores sobre las consecuencias de La Niña -y su consecuente sequía- aumentan entre productores de soja de Brasil, donde el fenómeno climático ya está comenzando a aparecer, consignó la agencia de noticias Bloomberg.

La perspectiva de una segunda cosecha consecutiva en que La Niña daña lo que se espera que sea una cosecha abundante está ayudando a impulsar los precios de la soja, y a aumentar las preocupaciones sobre la inflación mundial de los alimentos.

Algunas consultoras locales ya han reducido la estimación de producción de soja de Brasil debido a las pérdidas de rendimiento en el sur, lo que se espera agite los mercados mundiales de alimentos en los próximos meses.

Por ahora, los agricultores de Paraná eran una excepción en Brasil, donde el clima favorable permitió un buen desarrollo de los cultivos, pero las persistentes condiciones secas y el calor llevaron a distintas agencias a reducir sus estimaciones de producción.

En el caso del sur de Brasil. Rio Grande do Sul, Estado en la frontera con la Argentina, reportó lluvias por debajo del promedio durante la siembra, que ya casi termina, pero si se registran abundantes lluvias a partir de ahora, aún podría registrar una buena cosecha.