La organización que fue desbaratada este miércoles operaba con 72 cuits y vendía facturas truchas (algunas electrónicas) a unas 6.500 empresas. A los cinco detenidos se suma una persona prófuga y 15 que tienen restringida la salida del país. Gracias a que tenían llegada a comercios de todo el país, evadieron 2.500 millones de pesos.

Durante el procedimiento realizado este miércoles al mediodía se allanaron 35 domicilios de la ciudad y las cinco personas detenidas serían los cabecillas de la banda. Se libraron inhibiciones generales de bienes a todos los integrantes de la presunta agrupación delictiva, y con ésto el juez logró recuperar al menos parte del alto monto estafado al fisco.

El titular de la regional Santa Fe del organismo, Carlos Vaudagna, detalló en diálogo con la prensa que “las más de 6500 empresas son de todo el país, de las cuales 2200 son de Rosario y localidades aledañas", y por otra parte destacó: "Hay 115 empresas a las que le corresponde la ley penal tributaria porque superan la condición objetiva de disponibilidad”. 

La entidad fiscalizadora identificó a cerca de 80 personas, entre las que hay escribanos, contadores, informáticos y personal de áreas administrativas y comerciales, sobre los cuales habían realizado intervenciones telefónicas para obtener los detalles del accionar delictivo.

En el allanamiento a uno de los domicilios se encontraron cientos de miles de dólares, más de 175 mil pesos y más de cien cheques por montos significativos.

Vaudagna adelantó también que la Afip inspeccionará a cada una de las 6500 empresas que compraron las facturas truchas, “para que tributen lo que corresponde”. Estas empresas efectuaron maniobras por un monto que hizo que la Afip impulse una denuncia penal contra ellas.

Por otra parte la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) restringió la salida del país a 15 personas que habrían participado de la organización.

Así operaba la organización de facturas falsas

La banda, con base en Rosario, se dedicaba a armar empresas con personas insolventes, facturando con 72 cuits distintos y con diferentes modalidades de facturas apócrifas que incluían comprobantes en papel, electrónicos, tickets, emisiones por controladores e impresoras fiscales.

También había una sociedad conformada en la ciudad de Buenos Aires y en otras ciudades del país. "Es una asociación ilícita conformada por mas de 72 empresas, distintos grados de relaciones: algunos son organizadores (contadores y escribanos) otros facilitadores que vendían este servicio falso", explicó Vaudagna.

Los detenidos inscribían en Afip a las empresas y luego las mismas eran utilizadas sólo para emitir las facturas. Este procedimiento fue identificado rápidamente a través de la utilización de herramientas de control, que el organismo diseñó a partir de la obligación de emitir facturas en forma electrónica y el deber de las empresas de presentar los correspondientes libros electrónicos de compras y ventas.

Las actividades eran de las más variadas: “Se falsificaban venta de bienes y prestaciones de servicios, era una especie de polirrubro”.

La causa fue abierta hace varios meses a partir de una investigación que comenzó en la Subdirección General de Operaciones Impositivas Metropolitanas de la Afip y se trabajó en conjunto con la Fiscalía Federal N° 3 a cargo del Dr. Guillermo Reynares Solari.

Luego de un exhaustivo análisis y de tareas de inteligencia desarrolladas durante meses y mediante la intervención del Juzgado Federal N° 3 de Rosario, a cargo del juez Carlos Vera Barros se realizaron los allanamientos.