El ministerio de Agroindustria brindó datos oficiales sobre la campaña 2015/2016 en la que se sembraron 20.479.094 hectáreas de soja, el cultivo que por su rentabilidad más seduce a los empresarios rurales. Los números reflejan de forma contundente la alta concentración de la tierra en Argentina: pocas manos se reparten gran parte de la cosecha.

El Registro de Usuarios de Semilla (RUS), un organismo que funciona dentro de la cartera desde el 2007 para mejorar la transparencia del mercado de semillas, verificando entre otras cosas, la adquisición legal de la misma, informó que solamente 6.671.114 de hectáreas (el 32% de la superficie total) registraron las semillas que utilizaron, tal como estipula la ley.

Los usuarios de semilla de soja se encuentran obligados a presentar información con carácter de Declaración Jurada sobre el origen de la semilla utilizada y reservada, la ubicación del predio y la superficie sembrada.

Según el documento publicado en la página de RUS, solamente 10.174 productores y/o empresas de las 33.509 anotados en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) para la actividad sojera presentaron los papeles en tiempo y forma. A partir de la información recolectada, el organismo elaboró un mapa con las características de quienes viven de la soja.

El 43,52% de la superficie total (2.903.522 de hectáreas) fue sembrada por solo el 6,66% de los productores, es decir 661 actores dueños de más de 2 mil hectáreas cada uno. Los otros cinco estratos restantes abarcaron el 56,48% de la superficie (3.767.593 hectáreas).

La mayor paradoja se da en el extremo inferior de la pirámide: los 2.439 productores que tienen menos de 150 hectáreas --el 26% del total-- sembraron en  196.496 hectáreas, el 2,95% de toda la tierra sembrada con soja.

La categoría “Grandes Usuarios de Semillas” –rótulo puesto por el propio ministerio de Agricultura-- representan cerca del del 55% del grano producido y comercializado en todo el país. Esta categoría tiene una media de 11.044 toneladas por productor. Los productores más pequeños, en cambio, tienen una media de 164 toneladas.

La mitad de estas grandes firmas no informó al ministerio de Agricultura sobre las semillas utilizadas en la campaña de soja 2015/2016. El documento subido a la web da cuenta de 2.228 empresas que no cumplieron con sus obligaciones.   

“El análisis de los datos que brinda ese organismo surgen evidencias de la atroz concentración de la producción de la oleaginosa. Por un lado 611 siembran casi la mitad de la superficie, unas 3 millones de hectáreas. Por otro,  las explotaciones de menos de 150 hectáreas representan sólo el 3% de lo sembrado y quienes trabajan eso son 2500 productores, más del 26% de los que cumplieron con el requerimiento”, reflexionó Omar Príncipe, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA) al leer el informe.

La entidad gremial, no obstante, habló de la “deslegitimación” que tiene hoy el Registro de Usuarios de Semilla para explicar las irregularidades en la presentación de la documentación solicitada por la Afip y el ministerio.

“Son muchos años sin resolver el comercio ilegal de semillas, buscando el culpable en el lugar equivocado, sin equilibrar los derechos de los productores dispersos frente a una industria cada vez más concentrada”, explicó Jorge Solmi, director e integrante de la Comisión de Semillas de FAA.

Y concluyó: “Seguramente se intentará imponer sanciones ejemplificadoras  a quienes no informaron. Pero si hay algo que debe ser ejemplificador es la conducta del instituto, que debe ejercer su autoridad dentro de su competencia y  para todos por igual”.