Luego de que el sector de la construcción a nivel nacional reflejara una caída del 23,1 por ciento en julio respecto del mismo mes de 2015, el Ministerio de Trabajo santafesino, sindicatos, y empresarios, se reunieron este jueves en Rosario para evaluar la caída del empleo en ese sector, en la provincia de Santa Fe.

Como se preveía, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC), elaborado por el Indec, registró en junio respecto del mismo mes del año pasado una baja de 15,7% a nivel nacional.

Desde la Cámara de la Construcción (CAC), Ruben Llenas consideró: “Al valorar la continuidad de la obra pública hace que los valores sean significativamente menores en la provincia que a nivel nacional. En Santa Fe ha bajado el empleo formal un 4,5 por ciento”.

En una línea similar, el ministro de Trabajo, Julio Genesini, explicó: “El sector empresario tiene características distintas en Santa Fe que en el país, nosotros tenemos una caída del 4 por ciento en la provincia en el segundo trimestre, unos 2 mil trabajadores, o sea que el grueso se ha mantenido, cuando en el resto del país fue de 14,5. Tenemos un universo de empleados registrados que se ha contenido en Santa Fe”.

Genesini dijo que lo que sostendrá el nivel de empleo es la obra pública, dado que se está por poner en marcha proyectos por 3 mil millones de pesos a invertir en lo que resta el año y los primeros meses del 2017. El representante de la CAC opinó en la misma línea: “Hay planes de infraestructura y viviendas que seguramente asegurarán la continuidad del trabajo para lo que resta del año y varios meses del año que viene”.

Desde la empresas que encarnan el trabajo formal del rubro también estiman que el nivel de empleo experimentó una retracción interanual en la provincia de Santa Fe de entre el 4 y el 5 por ciento, lo que supone entre 1600 y 2000 personas que desde el año pasado para acá perdieron su trabajo en la construcción.

Franco Gagliardo, presidente de la CAC Rosario señaló que la actividad informal de su sector hoy es prácticamente nula. Se refirió así a emprendimientos tales como el maestro mayor de obra o el oficial albañil que toma a su cargo la construcción de una vivienda, una refacción, trabajos de esa envergadura. Fue el segmento que hizo su agosto durante la primavera del plan Procrear.

Y con eso se terminaron los jornales para peones de albañil, pintores, carpinteros de obra, yeseros y toda una vasta gama de oficios cuyos trabajadores residen en las zonas de incidencia de los centros barriales del municipio adonde se experimenta el crecimiento de la demanda por comida y empleo.

El titular de la CAC a nivel local, Franco Gagliardo, comentó días atrás que la facturación en los corralones de materiales --los proveedores del rubro-- cayó 30 por ciento, y ese es todo un indicador. "Hay obras públicas, como barrios de vivienda sociales, que no arrancaron -expuso Gagliardo-. Se ven emprendimientos privados de desarrolladores inmobiliarios, pero a ritmo lento. Todos están esperando ver qué pasa, hay expectativa, pero mientras tanto, caída general. Las inversiones se frenaron. El síntoma son los corralones, porque abastecen a las empresas constructoras, pero también al sector informal, y eso hoy está parado, porque se mueve en relación directa con el bolsillo de la clase media".