La crisis económica de la Argentina sigue impactando los bolsillos de los consumidores y el sector de la carne vacuna no es la excepción. Un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) reflejó que el volumen de carne absorbido por el mercado interno en los primeros tres meses es el más bajo en un siglo

Miguel Schiariti, representante y director de dicha Cámara, informó que la Secretaria de Comercio de la Nación a cargo de Paula Español todavía no publicó los datos de la faena de Abril, por lo cual los datos del informe privado no pueden ser comparados con las cifras oficiales. Aunque dijo el empresario que el trabajo de datos está hecho con frigoríficos testigos que “siempre respondieron al promedio de la faena”, más encuestas a sus asociados.

El uso del potencial se basa en que según el director de CICCRA, “las actuales autoridades de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario han decidido repetir el método llevado a cabo por Guillermo Moreno, es decir no publicar los datos de faena que, hasta el mes pasado, salía regularmente en los primeros tres días del mes”.

Según el industrial ganadero, “como la faena (según nuestra encuesta y relevamiento de datos de las faenas de establecimientos testigos) ha sido 4,9% inferior a la de marzo y también un 18.5% menor comparado con abril de 2020. En ese sentido Schiariti lanzó que el consumo per cápita de carne vacuna “es el más bajo de los últimos 100 años” (45,2 kg/hab/año equivalentes).

“Esconder información genera incertidumbre en el productor ganadero, que cuando decide retener o no una ternera para madre, necesita tres años para ver el fruto de esa decisión. Las amenazas y la distorsión de la realidad a través del ocultamiento de datos de faena, desorienta la toma de decisiones”, señaló.

En el análisis del mercado, el 90% de la caída del consumo interno se explica por la retracción del nivel de faena y producción. Los productores tuvieron que hacer uso de las recrías a campo en los últimos meses, las cuales demandan más tiempo para lograr el aumento del peso del animal y, en consecuencia, provocan una caída de la oferta de animales de consumo en el corto plazo.

Esta situación está enmarcada un proceso general de reversión gradual del ciclo ganadero, que entre finales de 2018 y mediados de 2019 había ingresado en una fase clara de liquidación de existencias, lo cual generó una menor disponibilidad de terneros en 2020.