El mercado financiero volvió a tener una semana turbulenta, enmarcada en anuncios y medidas que influyeron en el comportamiento de los dólares paralelos. En las casas de cambio rosarinas, el blue cerró a $286 para la compra y $296 para la venta. Los bursátiles (MEP y CCL) terminaron cerca de los $300.

El lunes luego de la conferencia de la ministra Silvina Batakis todo parecía encauzarse tras una semana de alta volatilidad para la divisa estadounidense. Pero la tensa calma duró menos de 24 horas, ya que el martes dio otro salto superando récords históricos.

En el intento por contener la escasez de divisas, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) anunció el miércoles por la noche un aumento del 10% en el recargo a las compras en el exterior. Luego de conocerse esta medida, lejos de detenerse, el frenesí cambiario siguió por la misma senda.

El 5,3% de inflación que anunció el Indec el jueves, cortó con la desaceleración de meses anteriores y fijó un piso de aumentos demasiado elevado. A partir de este dato las proyecciones de consultoras privadas comenzaron a recalcular sus estimaciones para fin de año, ajustando el pronóstico del 64% hacia un número más cercano al 85%. Este es otro de los factores que incidieron en la volatilidad del dólar.    

Esta sucesión de medidas y anuncios, culminó con una semana en la que la cotización paralela escaló más de $20. Si nos remontamos al primer día hábil de julio, el blue escaló casi $60.

Consultado por Rosarioplus.com, el economista especializado en finanzas, Federico Fiscella, repasó lo sucedido durante la semana y sostuvo: “Hay un nuevo régimen de alta inflación que vuelve todo mucho más sensible de lo que ya estaba. El nivel de reacción a cualquier evento negativo es inmediato y violento”.

En cuanto a las consecuencias de la corrida y el impacto en precios, agregó: “Los precios están muy sensibles a todo. Hay una crisis de expectativa y de credibilidad que generan incertidumbre y que la gente se cubra a cualquier precio. La manera de darlo vuelta es tratar de dar credibilidad política, pero ese tema viene complicado”.

Si bien es difícil estimar hasta donde llegará la escalada del dólar paralelo y la magnitud del impacto en precios, hay una certeza y es que la población ya naturalizó que cada movimiento de este tipo genera una pérdida en su poder adquisitivo.

En ese sentido, Fiscella reflexionó: “Tanto las empresas como los sindicatos ajustan expectativas inmediatamente. Cuando la expectativa de la inflación acumulada pegó el salto del 65% a poco más del 80%, todos se ajustaron hacia ese punto y después de ahí no se retrocede más”.   

Este fenómeno quedó en evidencia durante esta semana, cuando la mayoría de los gremios ya comenzaron a poner en consideración de las cámaras empresarias la necesidad de rediscutir los acuerdos paritarios celebrados a principio de año.

Para finalizar, el economista rosarino evaluó el cuadro de situación actual y deslizó: “En Argentina ya se empieza a establecer un piso inflacionario del 5%. Ese escalón pone al país en un alto nivel de sensibilidad: los motivos por los que sube el dólar son cualquiera, la suba es sensible a todo”.