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Las exportaciones de carne bovina motorizan una ganadería que crece en forma desigual. Los principales frigoríficos disfrutan de las mieles del modelo, mientras que los pequeños y medianos productores, los que abastecen a estas grandes cámaras, sufren el nocivo combo de devaluación, tarifas congeladas, aumento de costos y las altísimas tasas del mercado financiero.

En ese escenario, la Cuota Hilton aparece como el ejemplo más gráfico de la concentración ganadera. Un jugoso botín que hoy se reparten 50 empresas, entre frigoríficos (90%) y organizaciones de grandes productores (10%).

Se trata de un cupo de cortes cárnicos de alto valor con destino a Europa, que representa un negocio de 350 millones de dólares, sobre un total de 1.000 millones del total de exportaciones.

Las firmas seleccionadas pueden exportar con un arancel preferencial dentro del ciclo, que va del 1º de julio de un año al 30 de junio del siguiente. Bife sin lomo, cuadril, lomo, bife ancho sin tapa, nalga de adentro, peceto, cuadrada, bola de lomo y entraña fina, son algunos de los cortes que se despachan en los embarques. La tonelada de Cuota Hilton tiene un valor de entre 12 mil y 13 mil dólares.

Cuando Cambiemos tomó las riendas de la Casa Rosada, el Ministerio de Agroindustria quedó como la autoridad de aplicación de los cupos, desplazando a la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno (Ucesci). Se pasó de un concurso público a adjudicaciones directas del poder Ejecutivo.

La concentración del negocio viene de arrastre. El kirchnerismo consolidó un esquema de pocos jugadores. Doce firmas reunieron durante aquellos años el 75% de los cupos. En la actualidad, el 60% del botín está divido en diez compañías.

En los últimos dos ciclos ingresaron más empresas y se elevó el cumplimiento de los cupos, dos buenas noticias para el sector exportador. Pero asomaron beneficios para empresas cercanas a la Casa Rosada y conflictos de intereses.

El ciclo que finalizó el 30 de junio terminó con la mayor cantidad de envíos de los últimos diez años, rozando el 95% de los cupos asignados al país por la Unión Europea (28 mil de 29 mil toneladas). Representó un incremento del 21% respecto al ciclo 2016/2017.

Intereses compartidos

La mayor concentración sigue estando en manos de Quickfood, una firma brasileña que tiene el 11,8% de la participación total del negocio.

Las últimas dos campañas, sin embargo, tienen a un claro ganador: SA Importadora y Exportadora de la Patagonia, de la cadena La Anónima, manejada por Federico Braun, tío del actual secretario de Comercio y economista del PRO de la primera hora, Miguel Braun. El jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, también pertenece a la familia, es primo del secretario de Comercio.

En el ciclo 2015/2016, asignado antes de la asunción de Cambiemos, había logrado insertar unas 1.800 toneladas de carne sin hueso de primera calidad en el viejo continente. En el período 2016/2017 se llevó 400 toneladas más, alcanzando un total de 2.200 toneladas, un 17% de incremento.

EL crecimiento de cupos siguió en la última campaña. La Anónima consiguió, con 2410 toneladas, un 9,6% más de volumen y mejoró en 1,5 puntos su participación en el total de la cuota. Ahora tiene el 9% del cupo total, escalando a la segunda posición del ranking.