Un trabajador argentino que cobra el salario mínimo necesita trabajar casi 95 horas, prácticamente 12 días laborales completos, para comprar un par de zapatillas. Los datos surgen de un análisis de la consultora Focus Market en base al salario mínimo y los precios de calzado e indumentaria de 10 países de la región. 

En la última publicación del índice de precios al consumidor del Indec, con datos a junio, prendas de vestir y calzado alcanzó un avance del 65% en términos interanuales. 

Cuántas horas de trabajo se necesitan para comprar ropa y zapatillas en Argentina

El análisis comparativo concluye que para comprar un par de zapatillas en Venezuela se requieren 6.746 horas, en Argentina 94 horas y 55 minutos, mientras en el otro extremo en Uruguay se requieren 47 horas 30 minutos y en Chile 32 horas 28 minutos.

“Mientras el Salario va ganando terreno frente a los diferentes ajustes de tramos paritarios su poder adquistivo en términos de compra de indumentaria y calzado no logra compensar la suba de precios en el mercado interno. Por su parte, frente a una inflación interanual de casi el 70% en esta categoría los ingresos de los argentinos se recortan a menos de la mitad para el mismo período”, expresó Damián Di Pace de la consultora privada.

Para el caso de la compra de un jean en Venezuela se requieren 3.950 horas, en Argentina 83 horas y 36 minutos, mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 34 horas 48 minutos y en Chile 29 horas 28 minutos.

Cuántas horas de trabajo se necesitan para comprar ropa y zapatillas en Argentina

En el caso de la compra de un sweater en Venezuela se requieren 3.000 horas, y en Argentina 59 horas 55 minutos, mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 21 horas 36 minutos y en Chile 19 horas 48 minutos.

“Para el aumento de precios en indumentaria y calzado hay más de un motivo. El algodón en medio de la Pandemia no se conseguía, los insumos tuvieron pérdidas de stock, el flete desde hacía tuvo incrementos de hasta 500%, la incertidumbre de la apertura de locales llevó a que la producción se efectúe con bajo volumen para las temporadas primavera-verano y otoño e invierno y como si fuera poco cerraron muchas empresas del sector. La demanda se desplomó pero la oferta cayó aún más", agregó Di Pace.