La audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la Nación para intentar destrabar el conflicto laboral en el puerto de Rosario, pasó este jueves a un nuevo cuarto intermedio y la nueva audiencia tendrá lugar este viernes desde las 10 de la mañana. Terminal Puerto Rosario (TPR) mantuvo su negativa a reincorporar a cinco trabajadores a los que acusa de atentar contra bienes de la empresa, aunque avanzó en otros pedidos del gremio como ajustarse a la paritaria acordada. 

Sobre el conflicto, el ministro de Trabajo de la provincia, Juan Manuel Pusineri, que participó de la reunión con la empresa, los trabajadores y las autoridades del Ministerio de Trabajo a nivel nacional, dijo que desde el gobierno de Omar Perotti “fomentan el diálogo y la conciliación como la mejor herramienta para resolver los conflictos, y en eso están abocados”.

En cuanto a la situación de estas últimas horas dijo que la empresa y el gremio “se encuentran en dialogo permanente” y que la empresa cedió “al reconocer la paritaria del sector portuario” y a su vez “se logró reincorporar a 20 de los 25 trabajadores, que de esos cinco restantes se está discutiendo su situación puntualmente entre las partes”.  

Un portuario despedido se encadenó con una botella de nafta

“La empresa argumenta que tiene causas para desvincular a estos cinco trabajadores y el sindicato quiere también resolver la situación con distintas alternativas y ese es hoy el punto de discusión”, señaló el ministro.   

En el marco de la conciliación obligatoria dictada el viernes pasado y en medio de las arduas negociaciones que lleva adelante con los representantes del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa), TPR había aceptado reincorporar a 20 de los 25 obreros que despidió hace casi un mes.

También se había comprometido a ponerse al día con el pago de los salarios y abandonar su pretensión de extender la jornada laboral, pero este avance se encontró con un nuevo muro cuando la concesionaria se negó a permitir el regreso de cinco de los despedidos, a los que echó “con causa”, atribuyéndoles desmanes que ellos niegan, ese es el cuello de botella que hoy mantiene en vilo al conflicto y por el cual la empresa no quiere torcer el brazo.

Estirar el conflicto le sirvió como estrategia a la empresa controlada por Vicentin y la chilena Ultramar ya que logró de esta forma trasladar la tensión al interior de los trabajadores y generar una fisura interna en el gremio. Esto ocasiono que el pasado lunes los estibadores se movilizaron a la sede del Supa para pedir explicaciones sobre un principio de acuerdo que, según trascendió, no los involucraba.

Ese mismo día, el secretario general del Supa Rosario, César Aybar, explicó que esa situación con los despedidos se expuso en la audiencia que se realizó en el Ministerio de Trabajo de la Nación antes del nuevo año y dijo que “la propia ministra Kelly Olmos también planteó que no existía la posibilidad de reincorporación porque fueron despedidos con causa”.