El Casino City Center de Rosario es literalmente una máquina de generar dinero por minuto, lo que le da una base enorme para posicionarse como el mayor contribuyente de la Municipalidad de Rosario y de la Lotería de Santa Fe. Pero la ecuación tiene su lado negativo cuando el fenómeno se corre de los límites del predio: una zona lindante de bajos recursos que se ve tentada en horario laboral, préstamos a tasas usureras de hasta el 10% diario para enterrar al jugador compulsivo, y la lupa del fisco ante sospechadas maniobras de lavado.

"El City Center Rosario es el centro de entretenimientos más grande de Latinoamérica. Para encontrar algo similar hay que ir a Las Vegas". Estas palabras las expresó el empresario Ricardo Benedicto en la presentación del complejo allá por 2009 y siguen siendo certeras. Aquel día de jolgorio también aseguró frente a la prensa que habría “un antes y un después en la historia de zona sur de la ciudad”.

Rosario es el único casino de los tres de la provincia que no funciona las 24 horas aunque más de una vez hizo lobby para conseguirlo. Las 15 mil personas lo visitan a diario de 12 a 5, tienen a disposición unas 2.000 máquinas tragamonedas, 80 mesas de juego, salones de póker exclusivos y de bingo, y hasta un área VIP para grandes apostadores.

Según opina el diputado Héctor Cavallero, no se debe privar que la gente juegue, pero mínimamente que no debería estar abierto en horario laboral. “Debería arrancar 18.30/19 para que no afecte el trabajo, y que a la madrugada cierre para permitir que la gente pueda ir a laburar también. En una zona de trabajo se está invitando a que la gente vaya a jugar todo el día con los problemas que eso puede producir”, opina.

Los números

Toda esta megaestructura del City Center debe tributar y no es para nada despreciable lo que deja en las arcas gubernamentales y organismos recaudadores, sino todo lo contrario. Por ejemplo, el Casino Rosario SA, paga a la Lotería de Santa Fe un canon fijo por la recaudación de las máquinas tragamonedas y otro por las mesas de paño, que generó un promedio de unos $37,5 millones mensuales en 2016. O $1,2 millones diarios, sólo a la Lotería.

Por el canon del casino rosarino, la Lotería tuvo ingresos por $1.070.337.197 (mil setenta millones) en el período 2014/16, con un crecimiento anual del 24,3% entre 2014 al 2015, y un 30,7% de 2015 a 2016.

De los $1.102 millones de las utilidades (diferencia entre ingresos y gastos) de la Lotería en 2016, el 60% ($651 M) lo aportaron los tres casinos, pero de esa cifra el City Center de Rosario aportó el 65%; luego el casino de Santa Fe con 28% y mucho más lejos el de Melincué con 7%. El 40% restante de las utilidades los aportan los juegos de Lotería (Quiniela, Quini 6, otros).

Las utilidades por el concepto ‘casinos’ de la Lotería en 2016 ($651 M) aumentaron un 28,9 en comparación con el 2015 ($413 M), y de 2014 (408 M) a 2015 aumentaron un 23,7%. Lo cierto es que el Casino generó una revolución para las arcas de la Lotería.

La Muni contenta

Mucho más radical es el aporte en las arcas de la Municipalidad de Rosario. Según definieron a Rosarioplus.com desde la Secretaría de Hacienda local, “el City Center es el contribuyente N° 1 de la ciudad”. Es el que más DREI paga en la ciudad con una alícuota especial, es uno de los dos mayores empleadores privados, y está en el ranking de mayores aportantes de TGI, sólo superado por los shoppings por estar en un terreno menos valuado.

Además aporta dos Derecho de acceso. Uno por el ingreso a la zona de juego, calculado a partir de la entrada por una ocupación presunta del 65% aproximadamente que va todo al Fondo Compensador del boleto de transporte urbano. Sin este aporte, el boleto sería más caro. Y si se organiza un espectáculo en el salón de eventos, la venta de la entrada tiene otro derecho de acceso.

En su momento Casino de Rosario SA cuestionó el actuar de la Provincia porque a su entender pretendía aplicar una alícuota especial de Ingresos Brutos del 6,5% para la explotación de casino, salas de juego y similares, y del 10,5% para la explotación de bingos y máquinas de azar automáticas, “las cuales resultan superiores a la alícuota del 4,1 %, que originariamente correspondía abonar conforme a la ley 3650 y que se encuentra estipulada en el contrato de concesión que ambas partes celebraron”.

Hubo medidas cautelares, pedido de informes de legisladores, y una gran polémica hasta que se definió que tribute el 6,5% actual, según afirmó a este medio el subsecretario de Ingresos Públicos, Sergio Beccari. Vale aclarar que las cifras como contribuyente es información amparada por el secreto fiscal.

La desesperación y la usura

Traspasando las rejas del complejo el juego también continúa. En las zonas aledañas se constituyó un submundo de la usura. Los prestamistas facilitan dinero con un interés de hasta el 10% diario en la zona del casino en Rosario, y en Melincué apenas unos puntos menos, según confía el diputado Cavallero. Esto alimenta una pequeña industria financiera que puede tener respaldo en lugares de gran solvencia.

“El jugador es un tipo desesperado que va a buscar revancha al otro día. Le prestan dinero siempre que sea un tipo solvente, por ejemplo a partir de pagarés o cheques,  y en diez días debe devolver el doble”, explica Cavallero.

Este tipo de ofertas va dirigido a personas de ingresos altos con algún grado de capacidad económica, “personas de clase media acomodada para arriba”. El mecanismo es el habitual: intermediarios que actúan de manera similar a los famosos arbolitos, que merodean el casino y hacen rodar su contacto. A ellos llegan los jugadores desesperados que, al estar al límite, firman tasas desorbitantes.

 

La lupa del fisco

“La actividad del juego de por sí es observada por todos los fiscos del mundo”, explica Carlos Vaudagna, titular de la Afip delegación local. Justamente el organismo recaudador tiene a los sabuesos preparados ni bien se detectan irregularidades, como ocurrió dos días antes del casamiento de Lionel Messi cuando se acomodaba la alfombra roja y cámaras de todo el mundo.

Por orden del Juzgado Federal N° 4 a cargo del juez Marcelo Bailaque, se allanaron una oficinas céntricas de la empresa en el marco de una investigación por supuesta evasión impositiva a través de premios millonarios a abonados a presuntos apostadores, lo que podría encerrar detrás un ardid para blanquear dinero y eludir obligaciones fiscales. La documentación secuestrada aún está depositada en Fiscalía.

“Había rasgos y datos impositivos que no condecían con personas que habían ganado cifras millonarias. Ese trabajo lo hicimos en 2016 de los pagos hechos en 2015. Además denunciamos que se presumían acciones de lavado de dinero por varios millones”, explicó Vaudagna a este medio.

Al menos ocho personas quedaron bajo esta órbita, y por eso Afip quiere saber si percibieron el premio o fueron utilizados. Uno de los casos más llamativos es el de un apostador que, según los informes de la sala de juegos, habría ganado casi 9 millones de pesos en efectivo al resultar beneficiado en 48 oportunidades sólo en el año 2015. Pero al ser entrevistado por Afip nada de esto era cierto.