Según los últimos datos brindados por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina las exportaciones argentinas de carne vacuna acumuladas a lo largo del último año, desde diciembre de 2019 a noviembre de 2020, se ubicaron en volúmenes cercanos a las 917 mil toneladas equivalente res con hueso; por un valor cercano a 2.870 millones de dólares. 

En noviembre, el último dato conocido, se exportó casi un 10 % más que en octubre y un 11,4% más que en noviembre de 2019, y el destino principal de nuestra carne no fue otro que la República Popular China que absorbió 425 mil toneladas, seguido por Chile, 29,3 mil toneladas, y luego por Israel, 24,7 mil toneladas. 

Según el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) esto significa que de cada 10 kilogramos exportados, 7,5 kilogramos se enviaron a China.

Más carne, menos verdes

Sin embargo el entusiasmo de los exportadores fue cayendo a lo largo del año, al ritmo de la caída de precios internacionales, también impulsado por el principal comprador: China.

Si bien el gigante oriental fue el principal comprador y por tanto el principal aportante de divisas muy por encima del resto de los mercados, con el poder de su billetera fue bajando los precios internacionales sin dejar de comprar.

China ha aportado un 11% menos de divisas en relación a lo generado en igual lapso de 2019, al pasar de USD 1.788 millones a USD 1.590 millones este año. Compró más carne pero lo pagó más barato. Esta fue una de las razones centrales para que los ingresos de divisas del sector hayan sufrido una caída del 8,7% interanual.

Una forma de “negociación” china que no es la primera vez que sucede y que esta oportunidad tomó forma de denuncias de aquel país por supuestas contaminaciones con coronavirus de los embarques de carne argentina, algo que no terminó de comprobarse, pero se expresó en mayores controles y menores precios.

¿Y por casa cómo andamos?

Mientras la exportación Argentina se concentra en la aspiradora china, en el mercado interno los precios parecen correr al calor de los negocios internacionales. Entre diciembre de 2019 y noviembre pasado la carne de vaca aumentó un 75%, según el IPCVA, que constató en su última medición en supermercados y carnicerías. Los aumentos se dieron también en los valores mayoristas de la ganadería. 

Los mayores aumentos se dieron en los últimos meses del año de la mano de la flexibilización de la cuarentena, el aumento de las reuniones sociales y el aumento del consumo por las fiestas. Hasta noviembre la suba había sido del 54%. El mayor aumento se dio en el corte más consumido, que es el asado, que registró una suba anual del 93%, de la cual el 29% se concentró entre noviembre y diciembre.

Sin embargo, con pandemia y aumentos de por medio, el 2020 terminó siendo el año en el que consumimos menos carne de todo el siglo. Los 49,7 kilos por habitante por año, consumidos en 2020 fueron el consumo más bajo de los últimos 100 años. 

Con pandemia y caída del consumo la industria frigorífica, declarada esencial desde el comienzo de las medidas sanitarias, terminó faenando 14 millones de cabezas, un 0,06% más que en 2019, superando en 8,3% al promedio de los enero-diciembre de 1980 a 2019.

Nunca mejor la frase de Don Atahualpa que decía las penas (y los aumentos agregaría) son de nosotros, las vaquitas son ajenas (o chinas)