El director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), Carlo Castagneto, salió a desmentir versiones sobre un aumento en la alícuota correspondiente al Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre ciertos productos alimenticios, luego de un anuncio efectuado desde esa entidad en febrero y modificado este miércoles.

Se trata de un nuevo régimen que tomará vigencia desde el 1 de abril y que será financiado con una percepción sobre el IVA que se aplicará a empresas alimenticias que facturen a partir de determinados montos y deberán operar como agentes de percepción.  

Específicamente la norma establece que se deberá aplicar una retención del 3% en concepto de adelanto de IVA sobre todas las operaciones de venta de productos alimenticios (excepto carnes, frutas y hortalizas) bebidas, artículos de higiene personas y limpieza. 

Esto se puede materializar en el caso de un proveedor de gaseosas que le vende a un almacén y tiene que retenerle (aplicarle) un 3% al valor neto de cada cajón de gaseosas en concepto de IVA al comerciante. Las primeras criticas consideraron que si bien la retención no es un impuesto sino un adelanto del pago de IVA, puede generar traslado a precios.

Otros cuestionamientos sostuvieron que esta decisión se trasladaría en un aumento inmediato a precios, al considerar que la tarea de ser agente de percepción le demandará a las empresas un costo administrativo que no todas están en condiciones de enfrentar.

En este escenario, la Afip salió este miércoles a modificar la decisión inicial y elevó de $60 a $3000 el monto de operaciones alcanzado por el régimen que aplicará una percepción del 3% sobre el IVA. 

A través de su cuenta de twitter, el titular del organismo explicó: “Ni impuestazo oculto ni presión impositiva sobre el precio de los alimentos. En el debate de ideas sobre qué tipo de sistema tributario queremos se admite todo tipo de argumentaciones, pero no podemos admitir la mentira”. 

Para Castagneto, esta medida "es resultado de análisis sectoriales en los que se ha observado que una proporción relevante de las ventas de los mencionados productos no se declaran, de lo cual resulta que el impuesto abonado por los consumidores finales no llega a las arcas del Estado".

En relación al traslado a precios o a un aumento de la alícuota actual de IVA del 21% al 24%, aclaró: “La implementación de este régimen no tiene relación con el precio que en definitiva abona el consumidor final, sino que se refiere a una forma de percepción del IVA que hoy existe en la relación comercial entre productores, distribuidores y/o mayoristas con comercios minoristas”.