El gobierno nacional logró este lunes cerrar con éxito su oferta de reestructuración de deuda por cerca 63.500 millones de dólares, en la que obtuvo un nivel de adhesión del 99%, con lo que no quedaron holdouts como sucedió en 2005. Además, contó con el apoyo del FMI.

De esta forma, la amenaza latente de cualquier operación de deuda de no alcanzar las mayorías necesarias quedó superada, ya que Nación, que alcanzó un nivel de adhesión del 93,5%, quedó habilitado para forzar al resto que quedó fuera a entrar a la operación, según explicó el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante la conferencia que fue encabezada por el presidente Alberto Fernández.

En estos últimos 15 años, luego de la crisis internacional del 2009 y de la aparición del coronavirus a nivel global en los últimos seis meses, la comunidad internacional fue flexibilizando los procesos de reestructuración para países con crisis de deuda, aunque aún hay fuertes disputas entre distintos actores sobre el tema.

Con los datos de cierre del canje 2020, se pueden establecer las diferencias respecto a lo que ocurrió en 2005 y la reapertura de esa operación llevada a cabo en 2010.

En lo que respecta al nivel de aceptación, en esta oportunidad el gobierno logró una adhesión del 93,5%, porcentaje que trepó al 99% gracias a la utilización de las cláusulas de acción colectiva (CAC). Este número final permite la certeza de que no habrá holdouts que salgan a buscar una oferta mejor a través de los tribunales de Nueva York para pedir el 100% del valor de la deuda, como sucedió en 2005.

En el canje 2005, los bonos a canjear no tenían CAC y alrededor del 24% del total de los acreedores permanecieron como holdouts, a la espera de alguna oferta mejorada que no llegó y en un número importante decidieron ingresar luego en la reapertura del 2010.

Otros, como Paul Singer, optaron por la vía del litigio para cobrar. Con el canje 2010 la Argentina completó un 93% de adhesión de la operación realizada en el 2005, Y el otro 7% recurrió al despacho del juez Thomas Griesa para cobrar acreencias y el grueso de los litigios terminó en el 2016, con un acuerdo por casi 10.000 millones de dólares gestado por el ex presidente Mauricio Macri.

A pesar de esto, el proceso no culminó de manera plena debido a que en la actualidad existen holdouts del default del 2001 que piden por cambios realizados el método de pago de los cupones atados al PBI.

En lo que respecta a la quita, en el canje 2005 la Argentina se encontraba en soledad en su iniciativa de reestructurar la deuda con una quita, respecto de la comunidad internacional. La dureza de las posiciones entre la Argentina y los acreedores demandaron un período de negociaciones y cierre de la operación de dos años, desde que se lanzó la primera oferta en Dubai en septiembre del 2003, con una quita del 75%, hasta que se concretó a mediados del 2005. Durante dicho lapso, se modificaron condiciones y finalmente la quita resultó 67%, en términos de valor presente neto.

En la versión 2020, las negociaciones demandaron 9 meses desde que formalmente la Argentina iniciaba negociaciones con acreedores, el 21 de enero último, hasta el cierre de la operación, el 28 de agosto.

El mercado estimó que la última oferta del país presentada a la comisión de Valores de Estados Unidos tiene valor de recupero promedio de 54,9 por lámina de 100 de valor nominal, si la tasa de rendimiento salida de los nuevos bonos se aproxima al 10%. Si se verifica, esto significará una quita de 55,1%, en promedio.

Por último, en lo que respecta a la relación con el FMI y los acreedores privados el dato a tener en cuenta es que luego del default del 2001, la Argentina suscribió primero un acuerdo Stand by con el FMI y -con posterioridad- la negociación con los acreedores.

El acuerdo con el Fondo se logró en septiembre de 2003, durante la cumbre anual del FMI y del Banco Mundial realizada en Dubai. El nuevo programa suscrito con el organismo sirvió solo para darle aire al país mientras negociaba su deuda con los privados, al refinanciar los vencimientos, sin desembolsos netos positivos para el país. En la misma cumbre de Dubai el Gobierno presentó los lineamientos de la oferta de reestructuración de deuda a los bonistas privados, cuya negociación concluyó dos años después. A diferencia del canje 2020, en el 2005 la Argentina no contó con el apoyo explícito del FMI para avanzar con una propuesta con quita.

A diferencia de lo que pasó en esa oportunidad, en 2020 la Argentina solicitó al FMI que avance con la definición de un valor de sustentabilidad de la deuda y logró el aval de organismo al proceso de reestructuración.

A la par, pospuso la renegociación con el FMI hasta lograr el acuerdo con los privados. De esta forma, el Fondo primero realizó un análisis de sustentabilidad a través del cual determinó, que la Argentina necesitaba un alivio sustancial de su deuda de entre 50.000 millones de dólares, a 80 000 millones de dólares.

Luego, el organismo avaló explícitamente la oferta mejorada para los bonistas y alentó a los inversores a alcanzar un acuerdo con el país. Finalmente, una vez que la Argentina alcanzó un acuerdo con los tres grupos de acreedores más grandes del país, se decidió por iniciar conversaciones para renegociar la deuda con el FMI, entre otros puntos.