El secretario de Comercio, Miguel Braun, admitió este miércoles que la decisión del gobierno de exigir a los comercios diferenciar precios de contado de los que se pagan en cuotas con tarjetas de crédito "no garantiza" que los precios al contado bajen, tal como se había puesto como objetivo.

"La medida no garantiza que bajen los precios. El gobierno no controla los precios: con esta medida se busca crear un marco de mayor competencia y transparencia, que llevará a que los consumidores tengan mejores ofertas y precios", sostuvo el funcionario.

El miércoles, sin embargo, el funcionario había dicho que "el primer y más importante impacto de la medida es que van a bajar los precios al contado de los productos que hoy se venden". Incluso había destacado que si bien "el gobierno no controla los precios” y “el consumidor decide comprar donde más le conviene”, la medida va a “redundar en una reducción de los precios".

A su criterio, esa medida "va a permitir más competencia entre los financiadores”. “Es que obliga a blanquear el costo financiero. Las cuotas -hasta este momento- tenían un costo financiero y quien pagaba al contado lo sufría también", apuntó.

Desde febrero los comercios deberán exhibir cuál es el precio de contado y el financiado con tarjeta, con el objetivo final de que bajen entre 15% y 20% los precios de contado. 

A partir de lo anunciado este martes, los valores en cuotas deberán exhibir el Costo Financiero Total (CFT), una exigencia que junto a la claridad según el tipo de pago, apunta a "transparentar los precios y estimular la baja del precio de contado para favorecer a los consumidores", precisó un comunicado oficial.