Este martes la provincia de San Luis publicó su informe sobre la inflación mensual correspondiente al mes de enero. El departamento estadístico de la provincia halló que los precios crecieron en el último mes un 4,2% respecto de diciembre. Unas semanas atrás el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también dio a conocer su indicador de variación de los precios con un valor del 4,1% para el mismo mes. A partir del apagón estadístico del Indec, los índices elaborados por San Luis y por la Ciudad de Buenos Aires fueron recomendados por la nueva conducción económica como medidas transitorias de la inflación hasta tanto se publique un nuevo índice de precios de carácter nacional.

¿Qué significa una inflación mensual en torno al 4%? Muchas veces, los economistas nos enredamos entre los números y las discusiones con nuestros colegas y nos olvidamos de bajar a tierra ciertos conceptos que naturalizamos. La inflación es la evolución media de los precios de una canasta de bienes y servicio de consumo representativa de un amplio sector de la sociedad. Si esa canasta sale $100, y al mes siguiente sale $104, la inflación en ese mes fue del 4%. Ahora, imaginemos que ese 4% de inflación se sostiene igual para los 12 meses del año. En febrero habría que sumarle un 4% a los $104 que salía la canasta, y así en adelante. Para fin de año tendríamos que el valor de la canasta que fue de $100 a comienzos de año, llega a $160,10 (este proceso puede verse en el cuadro de la nota). Es decir, tendríamos una inflación al finalizar el año de 60,1%.

En general las tasas mensuales de inflación son variables y no es la primera vez en los últimos tiempos que San Luis y la ciudad de Buenos Aires miden tasas por encima del 4% mensual. En enero y febrero de 2014, se produjo un rápido incremento de precios que fue controlado en los meses siguientes, por lo que la inflación a fin de año terminó muy por debajo del 60%.
Para los próximos meses es imaginable que las tasas de inflación se mantengan en un nivel similar al registrado en enero debido entre otras cosas a estos factores:

  • Impacto del aumento de las tarifas de la energía eléctrica y del gas, tanto a nivel de cada hogar, como sobre la estructura de costos de la industria y el comercio que se trasladará al precio de los bienes finales.
  • Tasas crecientes de devaluación. A lo largo de todo enero se registró una tasa de devaluación del 6,9% y en el mes de febrero (hasta el martes 23), la devaluación alcanza un 10,9%. Por un lado, esto impacta en la estructura de costos de las empresas que tienen componentes importados y por otro, la simple especulación de los sectores concentrados traslada una proporción muy importante de la devaluación a los precios finales.
  • En este contexto se están realizando las negociaciones paritarias en amplios sectores productivos del país. La desarticulación del programa Precios Cuidados y la falta de control sobre los formadores de precios podría permitir que los incrementos salariales fueran trasladados a los precios en el corto plazo por parte de las empresas.

Desde que Mauricio Macri, aún antes de asumir, anunció sus primeras medidas económicas, los precios vienen creciendo a una tasa muy elevada desde el mes de noviembre de 2015. Sólo en los tres meses transcurridos entre noviembre y enero los precios ya subieron un 10,3% (según la CABA) y un 14,1% (Según San Luis). Dicho de otro modo, aquellos que percibimos montos fijos mensuales (asalariados y jubilados) ya perdimos entre un 10,3% y un 14,1% de nuestros ingresos gracias a la ¿nueva? política económica.