La última parte de la breve campaña de Leo Fernández al mando de Rosario Central demostró falencias en sectores de la cancha puntuales que fallaron en momentos importantes. Edgardo Bauza leyó esto antes de acordar la llegada a Arroyito y ya empezó a trazar algunos borradores para presentarle a la dirigencia canaya.

Sin refuerzos, Bauza no volvía. Por eso fue ineludible la promesa de la dirigencia al visitar al Patón en Ecuador en cuanto a reforzar el equipo y darle un salto de calidad. Defensores, mediocampistas y hasta el arquero parece que están en la intención del técnico de removerlos.

Uno de los nombres que trascendió para el arco es el actual arquero suplente de Boca, Guillermo Sara. Arrancó siendo titular en el equipo de Guillermo Barros Schelotto pero una fuerte lesión lo marginó. Tiene 30 años, una edad que demuestra solvencia y experiencia en un arquero.

Bauza también buscará un marcador de punta por derecha. El destino de Paulo Ferrari aún no se definió, pero su rendimiento bajó y hasta perdió crédito en la parcialidad canaya. Para ese puesto sonó Julio Buffarini, a quien dirigió en San Lorenzo y actualmente no tiene rodaje en Boca.

También piensa en un zaguero central ya que el puesto en los últimos meses fue saneado transitoriamente por Mauricio Martínez, que es volante central. Para este puesto lo convence Matías Caruzzo, a quien tuvo también en San Lorenzo.

El mediocampo también quiere reforzarlo con un volante central con características de marca para que Néstor Ortigoza se dedique mayormente a la distribución de la pelota. No han trascendido nombres al respecto. Otro nombre con despliegue, y también ex San Lorenzo, es Enzo Kalinski, hoy en Banfield.

Quién sí sonó para la creación fue a un ex San Lorenzo, que también dirigió Bauza, y que actualmente se encuentra en el Montreal Impact, Ignacio Piatti. Todos nombres de jugadores que conoce bien, que puede beneficiar la adaptación rápida y descansar en la confianza mutua.