Lionel Messi y su esposa Antonella Rocuzzo pasaron algunas horas de este martes en la casa de los padres de ella, ubicada en el Country Kentucky de la ciudad de Funes. Desde allí esta madrugada se dirigieron al Aeropuerto Islas Malvinas, para tomarse unas vacaciones con "destino desconocido". El objetivo: encontrar algo de tranquilidad luego de semejante mal trago de haber perdido la final de la Copa América, y tras la decisión del crack de renunciar a la selección.

La Pulga salió del predio de la AFA en Ezeiza junto a su esposa manejando un auto blanco, pasó por la casa de la familia de Sergio Agüero en el Country Nordelta, en el partido bonaerense de Tigre, donde se encontró con el hermano del Kun, Gastón Del Castillo. Y finalmente arribaron a la casa del country privado de Funes, para pasar unas horas con sus familiares, en un total hermetismo y privacidad como se merece el astro rosarino.

Ahora junto a Antonella y los pequeños Thiago y Mateo, descansará en el exterior y analizará si su decisión es irreversible ó queda algo de esperanza para el público argentino que ya le hizo llegar de mil maneras su pedido para que continúe en la selección.