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La Corte Suprema de Justicia abrió este martes el año judicial con un acto de apertura encabezado por su presidente, Ricardo Lorenzetti, junto con los ministros del Máximo Tribunal, los magistrados Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco.

El evento fue a las 12 en la Sala de Audiencias ubicada en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, ubicado en Talcahuano 550.

En este marco el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, denunció que en el país "se censura el diálogo", pidió a los jueces que no cedan a las presiones y advirtió que no tolerará acciones que afecten al Estado de Derecho, tras las críticas de la presidenta al Poder Judicial.

"Los jueces no deben ceder a las presiones" dijo al tiempo que agregó "no hay nadie más poderoso que pueda presionar". Su discurso de apertura del año judicial, coincide con un abierto enfrentamiento entre un sector de la Justicia y el Gobierno.

De este modo el titular del máximo tribunal contestó a las duras críticas de la presidenta, Cristina Fernández, contra el Poder Judicial, al que acusó de funcionar como un "partido" que se "independizó" de la Constitución durante la inauguración del nuevo periodo de sesiones en el Congreso, el pasado domingo.

"El poder judicial debe poner límites y eso no significa que sustituya la acción de gobierno", afirmó el magistrado, que subrayó que "los jueces no gobiernan".

"Somos partidarios del activismo judicial, pero lo hemos escrito en muchas decisiones: no se gobierna. Los jueces tienen muchas ideas y no está mal que las tengan (...) no viven fuera del ambiente político, religioso, de creencias", insistió.

"Todos estamos de acuerdo en defender la independencia cuando esa sentencia es favorable", pero, en caso contrario "deslegitimamos al emisor. Decimos que el juez no es independiente, que responde a tal o a cual", denunció.

"Si los jueces no son independientes hay procedimientos para pedir su sanción o destitución", recordó Lorenzetti, para quien "está en crisis este modelo institucional" y es necesario avanzar hacia una "democracia deliberativa, a la conducción de la diversidad".

Abogó por la cooperación entre los distintos poderes del Estado y lamentó que Argentina "debe ser uno de los pocos países que censura el diálogo entre poderes". En este mismo sentido reclamó “cooperación” entre los poderes del Estado, para “solucionar” los problemas de los ciudadanos e instó a "respetar las instituciones, el Poder Judicial, el Congreso y también la figura presidencial".

El magistrado reclamó también "terminar con la impunidad" y con los "procesos que no tienen resultados, con las investigaciones oscuras que se traban y no se sabe muy bien dónde terminan".

Durante el acto de apertura del año judicial se recordó la figura del fiscal Alberto Nisman, que murió el 18 de enero de un tiro en la cabeza, en su domicilio, en circunstancias aún sin aclarar, tras denunciar a Cristina Fernández por presunto encubrimiento de los terroristas iraníes acusados del atentado contra la mutua judía AMIA.

Una denuncia que desató la mayor crisis política e institucional del mandato de Cristina Fernández y que finalmente fue desestimada por el juez del caso, Daniel Rafecas, que no encontró indicios de delito ni pruebas que sostuvieran la demanda.