El regreso de Gendarmería a la ciudad generó expectativas en los rosarinos, ya que muchos eran los que reclamaban su vuelta para bajar el delito. Taxistas y comerciantes gastronómicos, dos de los sectores que por su labor registran de cerca el pulso de las calles, aseguran que tras ser foco de repetidos hechos de inseguridad en los últimos meses ahora el escenario se siente un poco más tranquilo.

Los choferes de taxi son, quizá, los trabajadores más expuestos a la delincuencia dado que trabajan en todas las zonas durante noches y días. Justamente, fueron quienes denunciaron repetidos asaltos y agresiones en los últimos meses.

“Teníamos un promedio de tres o cuatro robos diarios, y algunos con compañeros lastimados. Ahora tenemos algún que otro robo pero sin agresiones, lo que demuestra a las claras que están notando la presencia de Gendarmería”, analizó Horacio Boix, titular del Sindicato de Peones de Taxis en contacto con Sí 98.9. “Tenemos más tranquilidad”, resumió.

Este segundo arribo de las tropas federales busca reducir los índices de delincuencia sobre todo en zonas más calientes de la ciudad, coordinado con la policía santafesina. Según Boix, este trabajo se ve reflejado en “las zonas rojas, y en la mayor cantidad de policías” que han reforzado el patrullaje “porque evidentemente no alcanzaba”.

A su vez, desde la Asociación de Gastronómicos coinciden con este análisis. Dueños de bares y restaurantes sufrieron una seguidilla de robos con una misma mecánica: rondaban los locales durante unas horas y asaltaban al cierre de la jornada para irse con la recaudación. El corredor de avenida Pellegrini y la zona de Pichincha fueron los mayores damnificados.

Pero ahora la situación pareciera estar más tranquila. Si bien reconocen que no tienen un registro de casos o un relevamiento formal, admitieron ante la consulta de Rosarioplus.com que “la situación está más tranquila” aunque pidieron “seguir de cerca la situación”.

La irrupción de Gendarmería junto al apoyo de la Policía Federal con modernos patrulleros es solo una parte. También desde el sector confían en la policía de proximidad (Policía de Acción Táctica). Es que la mayoría de los comerciantes admite que no le dan las cuentas para contratar seguridad privada.

Según cuentan, en algún momento la policía comunitaria o de proximidad ingresaba de manera imprevista a los locales como forma de prevenir y revisar que todo estuviera tranquilo. “Eso funcionó muy bien. Es necesario no sólo que transiten por las calles sino que hagan contacto con los establecimientos y observar anomalías”, se ilusionó Ofelia Polito de la Asociación de Gastronómicos y Hoteleros. “Esperemos que vuelva”, dijo.