Los tiempos de la política
La soterrada y creativa resistencia contra el presidente Mauricio Macri –lo que se ha dado en llamar “el hit del verano”- parece ser por el momento la única resistencia al modelo económico de endeudamiento, tarifazos, inflación y baja salarial que plantea la nación. El cantito que insulta la figura presidencial es pegadizo, popular y recreable en mil versiones. Por eso precisamente preocupa al gobierno. Los planteos gremiales y la masiva marcha de Moyano, son como acicates que duran lo que dura el momento de la protesta y después se diluyen.
Las redes sociales son un instrumento formidable del que Cambiemos abusó con muy buenos resultados, pero para la creciente oposición sólo serán una posibilidad de multiplicar ideas y programas. Y eso es lo que está faltando: Los programas y liderazgos políticos que permitan ver la alternativa frente a las propuestas que lanza todos los días el gobierno que hegemoniza la agenda mediática. En los titulares y aún en el parlamento, la oposición muestra sólo una mayor o menor capacidad de respuesta. No más que eso.
Se sabe, los tiempos de la gente no son los tiempos de la política. Pero también se conoce que la gente puesta en tensión contra sus propios intereses no siempre espera que un sector los guíe para ganar las calles y plantear sus intereses.
Después del pobre y autoelogioso mensaje presidencial en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, Macri parece haber tomado conciencia del lugar en el que se encuentra. En una reunión de su gabinete ampliado les pidió a sus ministros y secretarios que de aquí en adelante nadie se refiera nunca más a la “pesada herencia” recibida. Una prueba de que el gobierno enfrentará solo esta segunda parte de gestión hasta llegar a las elecciones del 2019. Y sobre todo, una prueba de que empieza a quedar en el olvido el pasado reciente y todo lo que queda es el presente y un futuro sobre el que Macri sigue prometiendo.
Hay indicios concretos. Que una mayoría –no muy grande por ciento pero que lo llevó al poder- siga con alguna expectativa, no se inmute por la exhibición de cuentas off shore de los funcionarios de primera línea, ni reaccione ante las abultadas boletas de luz, gas y agua; significa que todavía hay soga en el carretel. A lo mejor menos que antes, pero aún queda para tirar.