El gobierno de Santa Fe publica desde hace muchos años un informe mensual al que denomina Análisis de las Finanzas Provinciales. Se trata de un dossier sintético con datos clave de la ejecución presupuestaria del respectivo mes y el acumulado anual. El contenido no incluye ni como ingreso ni como egreso algunas partidas de coparticipación automática a municipios y comunas como lo es el 90% del cobro de patentes y el de estas canceladas fuera del vencimiento original.

De todos modos es una herramienta imprescindible y única para conocer el estado de situación y tendencias globales de la situación presupuestaria. El último informe disponible corresponde a noviembre y se pueden hacer una serie de apreciaciones que muestran hacia dónde se encamina la economía provincial. 

En el marco de las discusiones salariales entre trabajadores provinciales de las diferentes áreas y el gobierno provincial, hay algunos datos clave para tener en cuenta y entre ellos los siguientes:

  • Entre enero y noviembre de 2016, los recursos corrientes, esto es los normales y habituales, crecieron respecto de 2015 en un 45,7%, guarismo superior a la variación de precios medida por el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC) de noviembre a noviembre (38,5%). Dentro de tales recursos se encuentra la suma adicional de coparticipación derivada del cese de la retención del 15% que se había acordado en el pacto fiscal de 1993.
  • Dentro de los recursos corrientes la partida más relevante es la de ingresos tributarios, sean gravámenes de origen provincial como nacional, que crecieron en el mismo período 46,0%.
  • Del lado del gasto, el comportamiento fue diferente porque la totalidad de gastos corrientes, esto es normales y habituales, crecieron 37,4% y si miramos dentro de ellos los rubros de remuneraciones (salarios y contribuciones) y prestaciones de la seguridad social (jubilaciones, pensiones y otros), la tasa de aumento fue aun inferior: 34,3% y 35,8% respectivamente. Es decir pro debajo de la inflación medida por IPEC.
  • Hasta aquí entonces el informe dice que el conjunto de recursos creció por encima de la inflación y de los gastos. Dentro de estos, que en su conjunto crecieron por debajo de la inflación, los más relevantes -por su peso- son los salarios y las jubilaciones que lo hicieron aun por debajo del conjunto de los gastos corrientes. O si se prefiere: en el 2016 el conjunto de los salarios y las jubilaciones tienen menor peso que en 2015 dentro de los gastos corrientes.
  • Parte del resultado financiero positivo de los primeros once meses de 2016, que se ubicó en 896 millones de pesos, se debe a la diferente velocidad a la que marcharon ingresos respecto de los egresos. Cabe recordar que en los primeros once meses de 2015 se había acumulado un resultado financiero negativo de 1.665 millones de pesos.
  • Uno de los problemas permanentes es que el conjunto de los gastos de capital, que incluye todo lo referido a la obra pública, es financiado centralmente por recursos normales y habituales. ¿Cuál es el problema de esto? Que se utilizan recursos aportados por la generación actual para beneficio de la actual y la futura lo cual impone renuncias a aquella y genera inconsistencias de todo tipo. En números: para los once primeros meses de 2016 por cada $ 100,0 de gastos de capital, que reiteramos incluye la obra pública, se utilizaron recursos corrientes por $ 72,4. Para tener claro lo que esto significa podemos decir por ejemplo que se amplía una dependencia hospitalaria (gasto de capital) limitando la posibilidad de creación o potenciación de cargos y provisión de insumos para ello (gastos corrientes) por haberla financiado con ingresos normales y habituales proveniente de impuestos provinciales o de coparticipación (recursos corrientes). Es como si una familia comprase una heladera al contado con el sueldo del mes en vez de tomar un plan de cuotas, limitando de este modo la posibilidad de llenarla. Lo recomendable desde una perspectiva de solidaridad intergeneracional es financiar la obra pública con recursos de capital y dentro de estos la toma de préstamos como fuente principal. Las razones por las que el ejecutivo provincial no usó esta alternativa son diversas, algunas vinculadas con decisiones legislativas, otras basadas en la relación con el estado nacional, finalmente también emergentes de las opciones elegidas por la alianza que gobierna la provincia. Tanto lxs trabajadorxs del estado provincial como la comunidad santafesina beneficiaria de las prestaciones públicas son ajenxs a tales incumbencias decisorias pero recine de pleno el efecto de ellas.

Mirando retrospectivamente un poco más allá del 2015, hay algunas pistas interesantes que dan cuenta de la consolidación de algunos rasgos estructurales. Serán presentadas en dos gráficos. Las fuentes utilizadas son: cuenta de inversión 2007 a 2015 e informe Análisis de las Finanzas Provinciales noviembre de 2016.

 

El bajo nivel de 2003 se explica por la inexistencia de negociaciones paritarias post 2001. Desde 2004/2005 comenzó una curva ascendente que se dio nacionalmente tanto en la órbita estatal como privada. Se percibe una caída de la incidencia de los salarios desde 2006, lo cual no significa que no hubieran aumentado sino que lo fueron por debajo del conjunto de los gastos corrientes, fruto del ascenso de la actividad económica reflejada en la recaudación. En especial se observa una tendencia firme descendente desde 2012 con un virtual congelamiento de la participación salarial en los gastos corrientes.

El gráfico muestra cómo se financiaron los llamados gastos de capital, dentro de los que se encuentra la obra pública. Lo que puede observarse es que los recursos de capital (deuda, transferencias del estado nacional y otros) ocupan –tendencialmente- un lugar menor que los recursos corrientes. Ejemplo: en 2008 sólo se registraron $ 10,2 provenientes de recursos de capital para abastecer $ 100 de gastos de capital. Las excepciones son el 2010 y el 2012.