Luego de que a fines de junio cayera una banda que se dedicaba a realizar secuestros virtuales, cayeron en picada las denuncias por este tipo de casos. Los números hablan solos: entre el primero de enero y el 20 de junio, hubo 691 llamados según información de Emergencias 911 difundida por la Fiscalía Regional Rosario. ¿Cuántos hubo desde que se desbarató al grupo hasta ahora? Solo 3. 

De hecho, en la primera mitad del año, la Fiscalía Regional Rosario recibía en promedio 2 denuncias diarias por secuestros virtuales, que a veces eran directas y otras veces ingresaban desde una comisaría o el Centro Territorial de Denuncias. “Ese número ha disminuido radicalmente, al punto tal que sólo se registraron en la Fiscalía Regional cuatro denuncias desde el 21 de junio”, remarcan.

De todos modos, aclaran que este número no ilustra la “cifra negra”, es decir, “aquellos hechos que ocurrieron y que por algún motivo la víctima no denunció, por lo que la cantidad de estafas podría ser superior”. 

“Si bien no puede aseverarse que exista una relación directa entre el desbaratamiento de la banda y la reducción de las denuncias, son destacables estos números en cuanto a la disminución de los secuestros virtuales”, subrayaron desde Fiscalía.

Una banda desarticulada

El 21 de junio de 2015, personal de la Policía de Investigaciones (PDI) y los Fiscales Nicolás Foppiani, Georgina Pairola, Gisela Paolicelli y Mara Lagar, realizaron 14 allanamientos en Rosario y uno en Funes, en el marco de los caules se detuvo a 17 personas que integraban una banda que se dedicaba a efectuar secuestros virtuales.

Se secuestraron 21 vehículos, 56 celulares, 5 armas de puño y 1 arma larga, dinero en efectivo (en moneda nacional y en dólares) y cheques por la suma aproximada de 2 millones y medio de pesos y varios electrodomésticos.  

Luego trascendió cómo funcionaba el grupo: aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de sus víctimas (la mayoría personas mayores de edad), aseguraban que tenían cautivo a alguien cuando era mentira. Las víctimas entregaban dinero u otros bienes de valor creyendo que algún ser querido corría peligro.