Este martes 5 de mayo se va a celebrar, en al menos 22 países, el Día Mundial por el Pluralismo en Economía. Esto que parece un trabalenguas es, en realidad, un gran reclamo de estudiantes y profesores (65 agrupaciones de la ISIPE) que hace al menos diez años viene dando la vuelta al mundo. Vale la pena preguntarse por qué y en qué nos afecta a todos, aunque no tengamos ni idea de dónde queda la facultad de Ciencias Económicas.

 

 

El reclamo es bastante sencillo: que la formación de los nuevos economistas sea amplia y plural.

Que no se quede en enseñar únicamente la teoría “neoclásica”, que es la base del pensamiento neoliberal sino que se enseñen, junto con esta, otras formas de comprender la economía que van desde conocer autores ignorados (como el propio Keynes, más famoso fuera de las aulas que dentro) hasta estudiar ramas novedosas y adaptadas al siglo XXI como la economía feminista o la economía ecológica. Y llegó a todos los niveles: hace dos años fue la propia Reina de Inglaterra la que convocó a los más eminentes economistas británicos, incapaces de prever la crisis. ¡Es que la crisis no puede existir en la teoría neoclásica!

Podría parecer que si se estudia una teoría y no otras es porque esta es la mejor que hay, o la más moderna mientras las demás son arcaicas. Al fin y al cabo, ya nadie anda discutiendo que la Tierra gira alrededor del sol, eso ha quedado bien en desuso. Sin embargo, que se enseñe economía neoclásica no se debe a que sea mejor, sino a que desde el inicio de la dictadura militar los contenidos que no fueran estrictamente relacionados con este área fueron dejados de lado. En la UBA hasta se llegó a cambiar el nombre de la carrera: pasó de llamarse “Economía Política” a “Economía” a secas. En el resto del mundo este cambio no necesitó de dictaduras, sino de un gran poder de lobby.

La UNR no fue la excepción a este fenómeno mundial. Hoy son pocas las cátedras en las cuales se ven visiones alternativas y este fenómeno está lejos de terminarse. En los profesorados y en las escuelas secundarias también se enseña únicamente economía neoclásica; son pocas las voces que pueden afirmar que les sirve para algo.

 

¿Por qué es importante el pluralismo?

En primer lugar, porque la teoría que se enseña actualmente es una en la cual se simplifica la política y la sociedad y se ve al Estado como algo completamente negativo independientemente de lo que haga. Expresiones como “impuestos distorsivos” e “ineficiencia estatal” surgen desde la escuela neoclásica. Es fácil argumentar ideas como el recorte al sueldo de los empleados públicos basados en estas teorías. No casualmente un economista formado en la universidad pública con estos esquemas fue quien quiso en 2001 que se empezara a pagar por acceder.

Segundo, el pluralismo ayuda a tener mejores profesionales, más capacitados en la resolución de problemas concretos, con más enfoques y con mejores ideas de la disciplina. Más apegados a la realidad histórica, política y social de su tiempo. Hoy pocos economistas salen preparados para trabajar en el estado, en pymes, en organizaciones no gubernamentales como sindicatos, partidos políticos o cooperadoras.

La discusión sobre qué tipo de economistas queremos tiene que exceder a lo que los propios economistas han decidido para sí. A pesar de las demostraciones de rechazo desde todo el mundo, las instituciones de enseñanza de economía se muestran como si nada ocurriera.