Sacarse una selfie está de moda. Desde hace mucho tiempo. Pero muchas veces conlleva cierto peligro. Hubo increíbles pero reales casos en los que personas que intentaron sacarse selfies al borde de acantilados o espacios peligrosos terminaron perdiendo la vida. Es que cuando se toma una selfie se pierde a veces noción del espacio que rodea.

Por eso no sorprende que el museo Stedelijk de arte contemporáneo y el Hermitage de Amsterdam se hayan unido a otros del mundo que tomaron la decisión de vetar la entrada a sus instalaciones de palo-selfies para preservar la seguridad de las obras que exponen. 

Los palo-selfies son instrumentos que se venden en el mercado que permiten sacar mejor una selfie. Es como una especie de trípode pero que consta de un solo palo, que se debe sostener por quien quiere salir en la selfie, para lograr que la cámara esté lejos y logre un plano más amplio que si se la tuviera en la mano, como la selfie tradicional.

Ambos museos de la capital holandesa se sumaron así a otros como el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, que prohibieron en sus salas este instrumento cada vez más popular entre los turistas para tomarse fotos con sus teléfonos móviles. Es que entre tanta selfie, peligraban las colecciones de arte. Tampoco la pavada, ¿eh?