El dolor recrudeció para los familiares de las 22 víctimas de la catástrofe de Salta 2141 en el día en que se cumplió un año y medio exacto de la peor tragedia que ha vivido Rosario. Es que la fecha coincidió con la revelación de que el gobierno provincial decidió no expropiar el solar donde el 6 de agosto de 2013 estallaron las tres alas del edificio por causa de una fuga de gas.

Por eso este viernes al anochecer, junto al muro donde resisten 22 cruces de madera y el cartel con el rostro de los que perdieron la vida en el estallido, hubo más bronca y desazón que lágrimas, según contaron familiares y allegados.

Cerraron el acto con una oración por las víctimas.

“Hoy nos desayunamos con las palabras del gobernador, después de la promesa que nos hizo en mayo del año pasado, de que iba a expropiar este lugar que es de memoria, de no olvidar el hecho para que no le pase a otro”, dijo Marcela Nissoria, viuda de Hugo Montefusco.

Los familiares promueven un proyecto para establecer en el solar un memorial denominado “Plaza de las 22 estrellas”, pero hay otros que se oponen. Este viernes se supo que llegó al Ejecutivo provincial una petición con 200 firmas que rechazan la idea del memorial y piden que el Estado no intervenga en el destino de ese inmueble. Los familiares, entonces, reprochan a Antonio Bonfatti que no les avisó de esta oposición y ni tampoco que le haría caso, a contrapelo de lo prometido el año pasado, confrontaron.

Las 22 cruces amuradas. Dicen que hay quienes las vandalizan y les quitan las flores ofrendadas.

 

La convocatoria ayer menguó de manera notoria en relación a otras movilizaciones de la causa. Nissoria lo comprendió con naturalidad. “Es un país sin memoria, y el gobierno ayuda con su actitud a que sea así. Igual, la gente no viene acá pero sí está presente en los muchos seguidores que tenemos en las redes sociales. La gente tiene sus problemas, y entendemos que la sociedad se vaya corriendo porque uno también antes de esto pasó como ciudadano por el espanto de la Amia, de Cromagnon unos días y luego iba dejando. Es propio del ser humano, nadie se suma al dolor, menos en un país donde ser feliz cuesta bastante”.

Nissoria, una de las voces cantantes del colectivo, planteó que “lo del gobernador es inexplicable porque no escucha a 22 familiares de calle Salta pero tampoco a 25.000 ciudadanos que avalan el proyecto. No escucha al Concejo que apoyo unánime la expropiación, ni a la Cámara de Diputados que presentó el proyecto. Y en cambio sí escucha a 200 que firmaron un papel y que no sabemos quienes son y que tendrán sus intereses, miedos o dolores. Pero ante un hecho único en el país como este, el destino debiera ser especial, para que nunca vuelva a suceder”.

Una mujer enciende una vela por las víctimas, al pie del árbol que sobrevivió a la tragedia.

 

Los deudos convocados sobre la vereda de Salta al 2100 aseguraron que en mayo Bonfatti les dijo que “la expropiación son 5 monedas para la provincia” y que hasta les prestó un local para reunirse mientras procedía con el trámite. “Hay gente que no tiene trabajo, y el gobierno no dio la mano que se esperaba. No hay un plan de contención”, agregó Nissoria.

Darío Fernández, un colaborador de la causa, lamentó que “hay vecinos que se oponen al memorial porque piensan que será un cementerio a cielo abierto, y nada más lejos de eso”. En consecuencia, repudió que “otros, montándose sobre ese desconocimiento, fogonean esta confrontación. Es gente que puede tener un interés económico para construir algo. Lo triste y preocupante es que el gobierno en lugar de apaciguar, convalide este enfrentamiento”, dijo.