El candidato a gobernador por el Frente Progresista Cívico y Social, Miguel Lifschitz, admitió cierta decepción del partido por los resultados de las elecciones, si bien se mostró satisfecho por la definición de la interna que lo enfrentó a Mario Barletta. “No es nuestra mejor elección”, señaló.

“Nos hubiera gustado más respaldo”, subrayó el socialista. “Pero yo no voy a engañar a nadie, no voy a vender espejitos de colores. Otros candidatos podrán vender otras cosas, pero a mí me conocen, saben que soy honesto, transparente, que tengo un proyecto para la provincia y que soy capaz de corregir cosas de mi propia gestión”, añadió.

“Ser candidato definitivo es un resultado favorable, la interna me deja bien ubicado”, consideró Lifschitz, que aseguró que a partir de ahora “las batallas internas quedan de lado” dentro del Frente. “Hay que trabajar juntos para rearmar la estrategia de campaña en función del resultado”, señaló.

“Será una pelea cuerpo a cuerpo con los electores. Hubo un 35% que no votó ni al PRO ni al Frente, y esos votantes, frente a una polarización van a optar por uno u otro de los candidatos”, remarcó el candidato a gobernador.

Sobre las estrategias para hacerse con esos posibles votos, detalló: “Hay muchas cosas para mostrar de la gestión local y provincial que quedaron ocultas porque el debate de la inseguridad monopolizo el 100% de la campaña”, explicó, y añadió: “Hay una realidad, y es que funcionan la salud pública y la educación, por eso no se habla de ello, pero sin nuestra gestión, podrían no funcionar así”, concluyó.