La provincia y la Red Federal de Sitios de Memoria colocaron este viernes, en el marco de una acto con fuerte presencia institucional, una placa en la escuela técnica Nº 288 “Osvaldo Magnasco”, ubicada en Ovidio Lagos 1502, donde funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico militar. Participaron más de 200 alumnos

En el acto estuvieron presentes alumnos, el vicegobernador de la provincia Jorge Henn, los ministros de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis y de Educación, Claudia Balagué; el coordinador de la Red Federal de Sitios de Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación Gonzalo Vázquez, la nieta recuperada Sabrina Gullino entre otros.

La placa recuerda las violaciones a los derechos humanos cometidas en ese lugar. “En esta escuela funcionó un Centro Clandestino de Detención en el marco del plan sistemático de terror y exterminio implementado durante la última dictadura cívico-militar (1976 – 1983). Junto a los centros ilegales La Calamita y la Fábrica de Armas Domingo Matheu, esta escuela integró un circuito represivo subordinado al Batallón 121 de Rosario”, se detalla en el cartel que quedó instalado en la ochava del establecimiento.

En el acto estuvo presente el vicegobernador de la provincia, Jorge Henn, quien señaló la importancia de “dejar un mensaje claro a los jóvenes”. “Muchos permitieron con sus propias luchas, y muchos dejaron la vida, para que hoy estemos aquí con la posibilidad de garantizar derechos y discutir sobre estos temas en democracia”, agregó el vicegobernador.

Por su parte, Lewis, ministro de Justicia y Derechos Humanos explicó que “es un hecho probado por la Justicia que en este lugar, durante el verano de 1978, funcionó un centro clandestino de detención que formaba parte de un circuito ilegal de represión y tortura en la región (…) pero pese a pruebas irrefutables, todavía hay personas que insisten en afirmar que son cosas sometidas al ámbito volátil de la opinión o de los puntos de vista”.

La titular de la cartera de Educación, Claudia Blagué, también presente en el acto, hizo referencia “al horror que significa que haya sido en una escuela donde tuvieron lugar hechos tan aberrantes”, y en ese sentido, insistió sobre la necesidad de reflexionar sobre ese tema dentro de la comunidad educativa.

También acompañó la señalización Sabrina Gullino, una nieta recuperada en el años 2009, cuya madre, Raquel Negro, estuvo detenida en ese lugar mientras estaba embarazada y luego fue trasladada al Hospital Militar de Paraná, donde dio a luz a dos mellizos, ella y su hermano, que luego fueron robados, según contó ella misma durante el acto. La joven aún busca a su hermano mellizo, quien continúa apropiado.

“Recuperar sitios de memoria es recuperar la identidad, por eso es importante que los alumnos recuperen la identidad del lugar y sepan qué sucedió en este sitio”, señaló la joven y expresó la necesidad de “juzgar la complicidad de los civiles” durante la dictadura.