La violencia interracial recrudeció en Estados Unidos. Este lunes la ciudad de Baltimore se convirtió en un campo de batalla cuando tras el funeral de un ciudadano negro, muerto aparentemente a manos de fuerzas de seguridad, manifestantes y la policía se enfrentaron.   

El joven en cuestión es Freddie Gray, de 25 años que falleció el 19 de abril en circunstancias violentas pero aún no esclarecidas del todo. Había sido detenido por la policía de Baltimore una semana antes. El lunes, en el inicio del funeral, desde la fuerza policial comunicaron haber recibido una amenaza verosímil, que aparentemente correspondían a pandillas de la ciudad las cuales buscaban “eliminar a agentes policiales".

En el velorio todo se caldeó: quince policías resultaron heridos debido a una lluvia de piedras y objetos, y varios patrulleros resultaron destrozados. Fue tan duro el enfrentamiento que el presidente Barack Obama prometió ayudar al gobierno local y se dispuso en "alerta" a la Guardia Nacional y se declaró el estado de emergencia.

La policía actuó y expresaron desde la fuerza local que se usaron "los métodos apropiados para preservar la seguridad en la comunidad". Pero esto viene de hace tiempo, no fue un hecho aislado: desde que se conoció la muerte de Gray, se manifestaron casi periódicamente reclamando su aparición, pero la protesta del sábado pasado con 34 detenidos, fue un antecedente parecido al del lunes tras el funeral.

Muerte

Según la defensa de la familia, la columna vertebral del joven estaba seccionada a la altura de las cervicales. Incluso los videos de la detención, grabados por transeúntes, mostraron cómo la policía tiró al piso de forma violenta al joven antes de subirlo al patrullero. Además se veía cómo Gray gritaba de dolor.

Esta muerte es la última de una serie de muertes de ciudadanos negros desarmados, en su mayoría a manos de policías blancos, que han provocado una ola de protestas en Estados Unidos por acusaciones de racismo y han reavivado el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial.