Colectivos de varones insistieron este miércoles en la necesidad de participar de charlas para repreguntarse sobre las masculinidades, "cortar con el festejo del chiste machista", politizar y visibilizar los llamados "micromachismos" ante la violación grupal de una joven en el barrio porteño de Palermo, mientras llamaron a trabajar "la violencia en espacios psicosocio educativos interdisciplinarios".

Ante la pregunta sobre cómo romper los pactos machistas y los silencios en estos hechos violentos como la violación contra una joven el lunes pasado, por la que hay seis sospechosos detenidos, Andrés Arbit, cocreador de Privilegiados, un perfil de contenido para varones sobre privilegios, remarcó la importancia del "diálogo".

Del Instagram de privilegiados_rrss

En 2015 se crearon las redes sociales Privilegiados, un espacio que repiensa el rol de los varones y trata de desarmar lo aprendido. A través de videos decidieron mostrar los privilegios que tienen los hombres en el sistema patriarcal para visibilizar la problemática y cambiar comportamientos sociales establecidos.

"En las charlas que doy sobre masculinidades noto que si no están en una posición poderosa en la sociedad, los varones no se ven con derechos privilegiados", dijo Arbit sobre su experiencia, y remarcó "la impunidad total con la que actuaron estos jóvenes en pleno día y en un barrio concurrido".

Para generar un cambio y desandar las estructuras machistas, se empieza "a través de charlas, la educación familiar y ´parar el carro´ entre nosotros. Se puede empezar a hacerse la pregunta en los grupos de Whats App entre amigos y dejar de festejar los chistes", agregó.

Sobre la violación de una joven de 20 años, cometida el lunes durante la tarde a bordo de un auto estacionado en Serrano al 1.300, Arbit consideró que "tiene que ver con que los varones podemos sentir que somos dueños del mundo, lo hicieron porque la cultura nos enseña que podemos hacerlo".

Francisco Simón, del colectivo de varones anti patriarcales, coincidió con Arbit respecto a que esta violación grupal "tiene algo que destierra el mito de que las violaciones solo ocurren en un callejón oscuro o descampados, que también suceden".

"Esta cultura de la violación permea, porque ser dueño sobre los cuerpos, sobre el espacio público, de día, en un lugar muy transitado, significa que hay un sistema que los ampara y respalda", agregó.

Respecto a cómo repensar las masculinidades desde la juventud, Simón compartió que el colectivo del cual participa continúa su trabajo desde hace diez años para propiciar espacios donde compartir colectivamente entre varones.

"Que se encuentren en un espacio íntimo pero público, una forma de encontrarse que no sea de complicidad, sino de encuentro donde recuperar la cordura, abrir las incomodidades y politizar esos encuentros", comentó.

El joven resaltó la importancia de visibilizar y politizar lo que en algún momento se denominó "micromachismos cotidianos", porque "esa cadena de violencias está sostenida en chistes, cómo buscamos complicidad para mirar a una piba en la calle y terminamos habilitando este ejercicio extremo de violencia".

En tanto, el psicólogo Aníbal Muzzín, coordinador psico socioeducativo para hombres que ejercen violencia de género del Hospital Álvarez, apuntó a trabajar "la violencia".

"Lo que nosotros trabajamos son espacios psico socioeducativos e interdisciplinarios con psicólogas, psicólogas, sociólogas, abogados, de 90 a 120 minutos por encuentro, para el hombre que ejerce violencia. El centro es la palabra violencia, no la masculinidad", explicó.

"Trabajamos que (el hombre) mejore conductas dentro del hogar y relaciones interpersonales. Pero se tiene que trabajar en el ejercicio de poder abusando de la mujer", agregó quien también coordina la Red de Equipos de Trabajo y Estudio en Masculinidades (Retem).

(Télam)