Por su dimensión, Villa Moreno debe ser uno de los barrios más pequeños de Rosario. Lo conforman tan solo diez manzanas, las que están ubicadas entre Oroño, Biedma, Italia y Centeno. Se estima que en el lugar viven alrededor de 200 familias. Los hombres y mujeres que caminan esas calles hablan de “carencias” y de “muchas necesidades”. No hay pavimentación, faltan desagües pluviales, el alumbrado público no existe, el agua escasea, hay calles cerradas y la mayoría de las casas no son de material. “No estamos urbanizados”, resumen los vecinos.

Para revertir este desolador panorama, la Municipalidad trazó un plan que apunta a una reforma integral del barrio. El proyecto forma parte de una serie de medidas que se van a concretar este año en pos de mejorar la infraestructura de la periferia de la ciudad. Los trabajos se costearán con financiamiento externo. Por estas horas, la intendenta Mónica Fein gestiona fondos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para poder empezar con lo prioritario: las obras de la costa sur y de Villa Moreno.

El anuncio oficial de lo que se va a hacer en este humilde y pequeño asentamiento será el próximo miércoles a las 10 de la mañana en el Club Infantil Oroño, a metros de donde el 1º de enero de 2012 asesinaron a Patom, Jere y Mono, tres jóvenes militantes sociales que fueron acribillados por error a manos de una banda de narcotraficantes.

El borrador contempla la apertura de calles para permitir el ingreso de vehículos, pavimentación, desagües pluvio-cloacales, la eliminación de zanjas, tendido de agua potable, alumbrado público, remodelación de las veredas, y la regularización habitacional de las familias que residen en el barrio. De no haber ningún contratiempo con los fondos del BID (cerca de 80 millones de pesos), las obras empezarían a mitad de año.  

Desconfianza y escepticismo

El anuncio de futuras obras para el barrio sorprendió tanto a los vecinos como a los militantes sociales que trabajan en las pocas instalaciones que hay a lo largo de diez manzanas. “Nos desayunamos con la noticia en el Concejo. Nadie nos comunicó nada aún. Aparentemente hay una gestión con el BID para hacer todas estas obras, pero nada concreto”, aclara el edil Pedro Salinas (Ciudad Futura), un dirigente que conoce Villa Moreno como la palma de su mano.   

Los testimonios recogidos por Rosarioplus.com coinciden en que los “pequeños pero valiosos avances” que se lograron en el barrio fueron gracias al esfuerzo colectivo de quienes viven, trabajan y colaboran de forma desinteresada. “Acá estamos desamparados. A tal punto que la intendenta no conoce Villa Moreno, nunca vino al barrio. La estamos esperando para contarle todas nuestras necesidades”, señala Roxana Coronel, integrante de la Comisión Directiva del club Agrupación Infantil Oroño, la entidad que cobija y contiene a los más chicos.

Las últimas inversiones en el barrio, aclaran los vecinos, llegaron por las gestiones que el Movimiento 26 de Junio inició en su día con el anterior gobierno nacional. Desde mediados de 2012 funciona un Centro de Acceso a la Justicia (CAJ), una dependencia que con el paso del tiempo se transformó en un ente centralizador de todas las políticas públicas, ya sea a nivel municipal, provincial y nacional.

La otra gestión está a punto de concretarse. Se trata una reforma total del club Oroño: se construirá un salón de usos múltiples, un cerco perimetral, torres de iluminación, vestuarios y hasta una tribuna alrededor de la cancha de fútbol. El dinero para la obra (2 millones de pesos) saldrá del Programa de Mejoramiento Barrial (Promeba), desarrollado y financiado por el gobierno nacional. Además, se abrirán las calles Doctor Riva (entre Dorrego y Moreno) y Presidente Quintana (entre Moreno y Balcarce).

Ya hay una empresa que ganó la licitación, por los que las excavadoras arribarán a la brevedad, según el anuncio que días atrás hizo Raúl Álvarez, titular del Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat (SPVH), organismo municipal que participó de las gestiones con la Nación.

“El jueves nos juntamos con Alvarez para hablar de esta obra que ya está cerrada. Por lo que sabemos va a aprovechar la ocasión para comentarnos de la visita de Fein y del plan del municipio. Pero nosotros aún no sabemos nada, solo lo que salió en los medios”, detalla Coronel.  

Mónica Cisneros, tesorera de la entidad, desea que los anuncios sean ciertos, pero no quiere ilusionarse hasta no ver las obras con sus propios ojos. “Ojalá que después de las reformas en el club lleguen las obras para el resto del barrio. Pero no nos queremos ilusionar.  Sabemos que las promesas se las lleva el viento”, aclara.

Un “doble discurso” que molesta

Salinas apoya y saluda la voluntad política del Municipio de invertir en los barrios más necesitados. Su enojo por el anuncio que hizo la intendenta radica en el “doble discurso” del poder Ejecutivo local. No le gustaron ni las “formas” (nadie les comunicó de antemano la noticia) ni la “utilización política” que, a su juicio, se pretende sacar con esta decisión.  

“Nosotros hace un año y medio venimos estando en territorio para la implementación del Promeba. La verdad que nos hubiera sido grato tener un aviso previo. Por el momento lo único que sabemos es que el miércoles hay una conferencia. No tenemos más detalles”, explica el concejal.

Y sentencia: “Me pareció poco feliz anunciar las obras en memoria a Jere, Mono y Patom por parte de una intendencia que se negó a recibirnos durante 4 años y se negó a poner un busto en memoria de ellos en la plaza de Tribunales. Este gobierno se contradice, tiene un doble discurso”.