El terremoto de magnitud 7,1° que sacudió el centro de México, este martes por la tarde, dejó miles de heridos, más de 200 víctimas fatales y varios desaparecidos. Entres las personas que estuvo incomunicada por varias horas, se encontraba el rosarino Franco Ayala.

"Me asusté mucho, pensé que esta no la contaba", afirmó el joven, en diálogo con Ariel Bulsicco en Sí 98.9. "No sonó la alarma y directamente empezó a templar la tierra muy fuerte. Se veía como los autos se movían, los postes se caían y hasta se derrumbó un edificio de la cuadra", agregó.

El muchacho, que se encontraba viviendo en Córdoba pero su familia está radicada en el oeste de Rosario, hace tres meses que inició un viaje por México, y desde hace algunas semanas se encuentra el la capital del país Azteca. "Vengo viajando y justo ahora me tocó México", comentó.

"Hoy (miércoles) a las 4 y media de la mañana me pude comunicar con mi familia, porque volvió la luz después del terremoto de ayer (martes)", indicó Franco y recordó: "En el momento del sismo estaba en Roma Norte, que fue una de las zonas más afectadas. Nos agarró, junto a un amigo, en el lobby del hotel y pudimos salir rápidamente a la calle".

El temblor causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrumpió el funcionamiento de la telefonía y varias estaciones del subte en la capital.

"No te podías mantener en pie. Pensé que era yo el que estaba mariado, pero cuando vi que se movía la tierra y todos gritaban, salí a la calle", manifestó Ayala y acotó: "Parecía de película, fue intenso y largo".

En cuanto a su estadía en el DF, el joven remarcó que se quedará unos días más en la ciudad, hasta que la situación se normalice, y luego se trasladará hacia Ribera Maya.

"Fue un momento horrible, hoy México está de luto", concluyó.