Los tests de narcolemia comenzarán a realizarse a conductores rosarinos en octubre aunque ya se han despertado dudas respecto del alcance que pueden tener las sanciones a los infractores. Por el momento, desde la Secretaría de Control y Convivencia, aclararon que los operativos se limitarán a las sanciones administrativas por la infracción de tránsito, y no a otro tipo de medidas vinculadas al consumo.

“No se persigue el consumo, se persigue la conducción segura”, afirmó el secretario del área, Gustavo Zignago. La ordenanza habla de un Programa de Prevención y Detección de droga, por lo que el poder coercitivo no está legislado. Es decir, los infractores no serán remitidos por la fuerza pública ni se llegará a una instancia judicial.

Si el test da positivo, el auto se remite al corralón, se genera la acción administrativa y luego se juzga por esa conducta. A su vez, se establece un cuerpo médico que hará un acompañamiento, siempre y cuando lo acepte la persona voluntariamente, para tratar la adicción en el marco de la salud municipal.

En esta primera etapa experimental de 120 días se estableció que en el protocolo (que se hará conjunto con el de alcoholemia) se se busque detectar cocaína y cannabis a partir de un hisopado en saliva que simplemente arroje si consumió o no la sustancia, ya que no determina niveles de droga como si sucede con la alcoholemia.

Por su parte, Gustavo Leone, secretario de gobierno municipal, explicó en Sí 98.9: "Esos equipos llegarán a fin de mes y se comenzarán las pruebas, concurrentes con los que se hacen actualmente con alcohol. Los mismos operativos de calle de alcoholemia".