Para el gobierno de Santa Fe fue una semana de relación sinuosa con la Nación y el presidente Mauricio Macri. Desde el “discurso único” que el mandatario nacional aseguró tener con Miguel Lifschitz tras los chispazos y desconfianzas mutuas de los primeros meses; al reclamo ya directo de Santa Fe a la Nación para saber cuándo y cómo le pagará los 40 mil millones de pesos que ordenó efectivizar un fallo de la Corte de noviembre de 2015.

En realidad y a valor nominal la suma llega a 23 mil millones de pesos, pero la actualización del tiempo que la Nación detrajo irregularmente dineros de la coparticipación por la compensación de la Caja de Jubilación santafesina; llega a la cifra de 40 mil millones. Un monto más que interesante para la provincia y también para algunos municipios que hoy ven muy comprometidas sus arcas. Para el caso de Rosario corresponderían unos 1.500 millones de pesos. Algo menos del 10 por ciento de su presupuesto general para el año 2017.

Pero más allá de estas cuentas el gobernador Lifschitz sigue dando espacio en su gabinete a las dos visiones muy contrapuestas que expresan también las distintas miradas del radicalismo aliado en Santa Fe. Al ministro de Trabajo Julio Genesini todos le reconocen la predisposición para atender los problemas más urgentes de las empresas y los conflictos laborales que se presentan. Pero el funcionario de origen radical insiste en difundir cifras que hablan de una supuesta “recuperación del empleo registrado en la provincia en el último trimestre”. Es decir, Genesini encontró los “brotes verdes” de la economía que ni siquiera el gobierno nacional puede hallar. No es una lectura inocente la de Genesini y se nota su cercanía a los sectores del radicalismo que pueden ser más afines a Cambiemos en el territorio.

Por otro lado, está otro ministro radical. Luis Contigiani, es una de las apariciones políticas más destacadas de los últimos años en la provincia. Durísimo con las políticas públicas del macrismo señala que está muy bien que el campo esté pasando por el momento que pasa a raíz de los beneficios que ha obtenido de este gobierno, pero apunta con criterio que esto “no alcanza para recuperar el mercado interno y el empleo”. Elabora junto con la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) periódicos informes que relatan la caída estrepitosa de la actividad en el territorio y las consecuencias negativas del embate de las importaciones sin control que causan estragos en distintos rubros.

Por supuesto este funcionario ya fue consultado acerca de si conocía alguna versión sobre el pedido del gobierno nacional para que Lifschitz lo invite a retirarse de sus funciones. “Eso hay que preguntárselo al gobernador”, dice el ministro que nunca pierde la calma pero tampoco su vehemencia. Como todo hombre ligado a la producción, Contigiani está convencido de que el rumbo del gobierno nacional es lo peor que podía pasarle a los sectores industriales de todo tipo y, por ende, al empleo en general.