Investigadores del INTA y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR culminaron su investigación en torno a la edad promedio que posee el pino histórico de San Lorenzo y resolvieron que el emblemático ejemplar tiene una edad de 215 años, con 10 de margen de error. De esta forma confirmaron que fue plantado durante la época de los franciscanos.

Se trata nada menos que de la planta bajo la cual el general José de San Martín se echó a descansar después de combatir a los realistas el 3 de febrero de 1813. Desde ahí mismo dictó el parte de guerra a Buenos Aires, “bañado en su propia sangre y cubierto con el polvo y el sudor de la victoria”, en palabras de Bartolomé Mitre en el libro Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana.

Seguramente el libertador jamás imaginó que ese arbolito se haría histórico y que durante años mereciera toda clase de cuidados para mantenerlo con vida.

Para el análisis los investigadores extrajeron una porción de la médula del ejemplar y contaron sus anillos mediante la aplicación de rayos X. De esta forma se conoció que fue plantado por los frailes cuando estaban construyendo el convento San Carlos y potencialmente estaba en condiciones de ser un árbol desarrollado cuando San Martín combatió y dictó su parte de batalla en 1813.

Cómo fue la investigación del INTA y la UNR

En abril de este año se realizó –con un barrenador traído desde Europa– la toma de cuatro muestras no destructivas a la altura del pecho del ejemplar (1,30 metros). Una fue preservada para respaldo y las tres restantes fueron enviadas al Laboratorio de Dendrología y Xilología del Instituto de Silvicultura y Manejo de Bosques (Insima) dependiente Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.

El material presentaba la dificultad de que fue tomado algunos años después de que el pino se secó y recibió tareas de preservación consistentes en la limpieza de la corteza y parte de la albura. De este modo, no era representativo del radio total del tronco, a partir del cual se conocería la edad del árbol.

A los efectos de contar con la información a la mayor brevedad posible, el instituto elaboró un informe preliminar según el cual el pino tendría entre 186 y 202 años. A ellos debió añadirse el período restante, debido a que faltaban partes del tronco y la muestra tomada a la altura del pecho implica al menos 5 años más.

Con el propósito de determinar la fecha con precisión, se realizó un relevamiento visual en el laboratorio de maderas de la estación experimental del Inta Oliveros, según el cual el emblemático ejemplar tiene 215 años de vida, con 10 de margen de error.