Los caminos y corrales de los tambos de Santa Fe continúan afectados por las persistentes lluvias que afectan la provincia desde abril, lo que genera una situación dramática que los productores lácteos santafesinos resumen en una expresión: "Dios se apiade de los tamberos".

Las lluvias impactaron fuerte en la región centro de la provincia tras el fenómeno de El Niño que se sintió fuerte hasta la segunda quincena de abril. "Espero que Dios se apiade de los tamberos y no siga lloviendo", expresó el titular de la mesa de Productores de Leche Santa Fe (Melprosafé), Marcelo Aimaro, quien resaltó que "en el campo es terrible la situación ya que debido a las lluvias, los callejones, los caminos, los corrales, los animales están muy afectados".

Aimaro puso de relieve que "desde las intensas lluvias de abril, las napas quedaron altas y ahora se ven nuevamente las consecuencias, los suelos no absorben nada con cielos cubiertos”. Además, complicó que faltan pasturas, a lo que se le suman heladas y la baja rentabilidad para la producción primaria.

La asistencia del gobierno nacional parece no alcanzar en la situación, y el problema se corre hacia una cuestión estructural. "Si el productor pudiera recibir el 20% del valor de los productos que están en las góndolas, en abril podría haber recibido casi siete pesos, pero esa es una idea que sirve para mirar, pero en la práctica no se tienen en cuenta. La industria sigue poniendo el precio y eso es lo que se nos paga a mes vencido y es la idea que sigue existiendo desde que la lechería es lechería", señaló.