Como es usual, el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) realizó una campaña de esterilización en distintos puntos de la ciudad y en una de esas unidades móviles surgió un problema que todavía no se solucionó. Según denunció una joven que acudió a castrar a su perra, las cosas no salieron como estaban planeadas. A Romina le devolvieron una mascota equivocada.

Hacía siete años que la joven criaba a Cata, una caniche blanca, cuando finalmente decidió que era hora de esterilizarla, algo que a juzgar por cómo sucedieron las cosas fue una mala elección. En diálogo con Rosarioplus.com contó en detalle cómo fue que perdió a su querida mascota.

"Fui el 8 de mayo al móvil del Imusa que se había instalado en la esquina de Previsión y Hogar y Pasaje 521 -barrio Las Flores- y ahí recibieron a mi perra y la envolvieron en la manta que yo les di. Lo mismo iban haciendo todos los que estaban en la fila y luego de la operación nos los devolvían medios dormidos, algo normal, y envueltos en las mantas", relató.

La sorpresa fue mucha cuando al llegar a su casa descubrió que la perrita no era Cata. "Me di cuenta porque esta tenía cola, y la mía no. Además es más cachorra que la mía", contó. Según cree "las mantas se deben haber intercambiado entre los distintos caniches que había ese día, que eran seis, y terminaron las mascotas con distintos dueños".  

Si bien Romina volvió al móvil al día siguiente, los veterinarios no le dieron solución alguna. Sólo le brindaron los datos de dos hogares para que vaya a constatar si su perra estaba ahí, pero no fue así. Pasaron los días, el móvil sanitario se fue y ella se quedó con una perrita equivocada. 

Romina arrancó una campaña a través de redes para poder dar con su mascota pero hasta ahora no tuvo buenas noticias. La circunstancial usurpadora del lugar de Cata la llaman Nena y parece estar conforme con su nuevo hogar.