El servicio de emergencias 911 a menudo suele ser mal utilizado por la población en general. Reclamos y consultas urbanas son una constante, pero lo que verdaderamente preocupa a las autoridades es el alto número de falsas amenazas que se reciben en la central telefónica que funciona las 24 horas los 365 días del año. En Rosario, al mes, se registra un promedio de 3800 comunicaciones de este tipo.

Cifras oficiales revelaron que el teléfono que debería utilizarse en situaciones urgentes atiende un promedio de entre 4500 y 5000 llamadas diarias desde la ciudad. Del total, apenas el 30% refiere a delitos, conductas sospechosas, situaciones de violencia o emergencias civiles o médicas. El resto, un 70%, va de reclamos por transporte público hasta bromas y amenazas de bomba que no son.

Frente a estos datos, el concejal Sebastián Chale presentó un proyecto para aplicar sanciones a quienes hagan llamadas falsas al servicio de emergencias. El edil afirmó que el mal uso del 911 interfiere “con el trabajo de las fuerzas de seguridad, destinando recursos humanos y técnicos que deberían estar en otro lado. Por eso proponemos medidas concretas que promuevan el uso responsable del sistema”.

Chale aseguró que identificar a los responsables de las bromas será factible a partir de un entrecruzamiento de datos entre provincia y municipio.

“Como antecedente, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que plantea suspender el servicio telefónico a quienes llamen para hacer chistes o denuncias falsas; al tiempo que también procura sancionar con una pena pecuniaria y privativa de la libertad, como el arresto, según los casos”, recordó el concejal del bloque Radicales Progresistas.

En los últimos días, en Rosario se registraron al menos cinco llamados por amenazas de bomba (en un canal, en el Aeropuerto y en varios colegios”.