De artista repudiado a exponer en el Louvre en menos de dos meses. Es la historia de Ulises Baine, el muralista que recibió insultos y amenazas por su obra junto al Arzobispado de Rosario y que acaba de vivir un fin de semana de ensueño. Uno de sus trabajos, que muestra el rostro de una mujer y va acompañado por una frase del Indio Solari, fue elegido para una muestra en el mítico museo y ahora espera que en la ciudad se valore un poco más a quienes apuestan por la pintura.

“La embajadora de Divine Academie, una organización de artes de Brasil, me contactó. Ella me venía siguiendo vía Facebook y otras redes, le gusto mi obra y me eligió para participar. Entonces mandé un par de obras y otros formularios que me pidió complete y eligieron una”, contó Baine a Rosarioplus.com desde París, donde el último fin de semana pudo verse su trabajo. Ahí nomás de La Gioconda, La Venus de Milo y otras históricas obras.

Puntualmente el trabajo del artista que también pintó las calaveras en el puesto de diarios junto al Arzobispado se expuso en la muestra Art Shopping Carrusel du Louvre, en un salón ubicado debajo del Museo pero que pertenece a la misma entidad. “Yo ya viaje a Estados Unidos varias veces a exponer, pero es mi primera vez en Europa y en París. Seguro que es un sueño cumplido. La ciudad, el Museo de Louvre, exponer acá. Todo es una meta cumplida”, recalcó emocionado. 

En medio de la alegría por lo conseguido y ya con vistas al futuro, Baine opinó que “esta movida ya genera más respeto y valoración por mi trabajo entre mis colegas y la gente que conoce mi obra. Todo suma y es bueno para mi carrera”.

En tanto, consultado respecto de si siente que en Rosario se valora lo que hace (sus murales se encuentran en distintos puntos de la ciudad y su muestra Mujeres de Arte puede apreciarse en el ECU), el artista recalcó que eso ocurre, aunque a veces se complica subsistir con el ingreso económico que la pintura le da.

“Trato de imponer el valor de mi trabajo y no bajarlo a menos que este necesitando juntar algo de plata, pero bueno, supongo que ese es el laburo de cada artista. Aparte de pintar, hacer valer tu trabajo demostrando profesionalismo y calidad”, concluyó Baine, desde París, lejos de casa y lleno de orgullo. Sus calaveras, mientras tanto, siguen ahí, cerquita de Dios.