El Concejo municipal quedó dividido luego de que la intendenta Mónica Fein resolviera hacer uso por primera vez de la ordenanza que la habilita a aumentar automáticamente el boleto de Transporte Urbano de Pasajeros (TUP). Si bien la conformación del cuerpo legislativo no es la misma que aprobó la norma, ahora algunos ediles reprochan la ordenanza, hay quienes la defienden como cuando se trató, y otros se muerden los labios.

En agosto de 2015 se aprobó la ordenanza nº 9413, promovida por el concejal Osvaldo Miatello, y significó una salida en un momento en que se había empantanado la discusión por el pliego del transporte de pasajeros y la actualización de la tarifa. La automaticidad del incremento logró 11 adhesiones (Frente Progresista) y el propio Miatello, impulsor de la ordenanza. En contra votaron 8 concejales (Frente para la Victoria y bloques peronistas), mientras que el PRO se abstuvo.

Desde el Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, quien en aquel momento no era concejal, salió a criticar la ordenanza y hasta pidió derogarla. “Habrá que ver si llegamos a juntar el número necesario para derogar la ordenanza. Creo que en la formación anterior del Concejo hubo alguna presentación formal, la revisaremos, sino se hará con esos concejales que creemos que se debe generar un debate de cara a la sociedad”, explicó.

Con dientes y uñas

Carola Nin, quien comparte bloque con Miatello, recogió el guante y respondió ante la consulta de Rosarioplus.com. “Espero que los que critican logren conseguir una ordenanza tan beneficiosa o mejor para los usuarios y el sistema. Siendo concejal lo mínimo que debés pedir es que se cumplan las ordenanzas”, chicaneó la edila en alusión a Toniolli. 

El oficialista Horacio Ghirardi ingresó luego de la aprobación de la ordenanza, pero como actual referente del bloque atribuyó las críticas a una cuestión electoral. “En un año de elecciones todos los temas parecieran que dan para la polémica y crítica, pero esta es una ordenanza votada por el Concejo, y a veces resulta difícil de entender los cuestionamientos de este tipo”.

Por su parte, el radical Martín Rosúa, votó a favor de la automaticidad en su momento, y este jueves consideró: "“En un contexto inflacionario es lógico atar el valor de la tarifa a la variación que experimente el índice de salarios. Si en épocas inflacionarias no se ajustara por un índice razonable, se caería el sistema. Así y todo, queda un déficit enorme por la distancia que hay entre tarifa y estudio de costo", justificó.

El PRO, cambió

Renata Ghilotti no conformaba aún el bloque del PRO en aquel momento ya que ingresó al deliberante para reemplazar a Anita Martínez a fines de 2015, pero comentó a Rosarioplus.com que “desde el bloque están de acuerdo con que la intendenta utilice la potestad que le da la ordenanza”. El PRO se abstuvo en la votación de 2015, pero casi dos años después ha optado por apoyar la decisión de la automaticidad. “La ordenanza hoy está vigente y hay que cumplir la ley. Si no nos gusta hay que presentar una modificación y trabajar para conseguir los consensos”, dijo en línea con lo expuesto por la concejala Nin. 

Otro fundamento que dio Nin es que hubiese sido complicado “ver como se generaban consensos y se aprobaba un boleto aún mayor”. Por su parte, Ghirardi consideró que no hubiese sido posible un acuerdo beneficioso: “Votar incrementos de tarifas iba a ser un escenario difícil en un año electoral, no iba a ser sencillo para los bloques, y esto ha sido una alternativa válida”.