El presidente de la Corte Suprema provincial, Rafael Gutiérrez, refractó la indignación social que causó el crimen del policía Mauro Mansilla a manos de un convicto que había cometido delitos muy graves y que estaba prófugo desde el año pasado, luego de haber abusado de una libertad transitoria otorgada por la Justicia y sin que nadie lo buscara para reencarcelarlo.

Gutiérrez despegó a los jueces de tal responsabilidad y se la endosó al Poder Legislativo, en caso de tener que modificarse la ley de ejecución penal.

"Si salió de acuerdo a la ley, no se puede objetar nada, y si en vez de utilizar las salidas para trabajar lo usa para cometer delitos, es algo imposible de preveer. Hay muchos que salen en las mismas condiciones y no cometen delito", dijo el ministro del máximo tribunal de la provincia, en diálogo con Rosarioplus.com. Consideró que "se deben y pueden prever muchas cosas, pero nadie lo podía predecirlo, como nadie puede predecir que mañana salga alguien con una ametralladora a tirar contra chicos de un colegio".

En ese sentido, entendió que "si se considera que es necesario cambiar la ley penal, los encargados son los legisladores". En cuanto a los ocho meses en los que el probable homicida, Ricardo Albertengo, deambuló a su libre albedrío por la ciudad, incluso por el centro, donde finalmente habría protagonizado el asesinato de Mansilla, Gutiérrez apuntó a la Policía. "Se sabe que hay muchas complicaciones con la policía de la provincia", dijo, escueto. Albertengo se entregó dos días después del homicidio, luego de varios allanamientos que pretendieron aprehenderlo.