Al menos 90 presos escaparon por un túnel de más de 30 metros de largo de un penal del estado de Río Grande do Norte, en el noreste de Brasil, en una nueva muestra de la crisis del sistema carcelario en el país.

Los presos se escaparon de la cárcel Estadual de Parnamirim, en la región metropolitana de Natal, en la madrugada de ayer y contaron que el apoyo de varios vehículos durante la fuga, según confirmó la Secretaría de Justicia y de Ciudadanía (Sejuc).

La policía consiguió capturar al menos a nueve presos y continúa barriendo la zona para atrapar al resto de fugitivos, que, según las primeras informaciones, pertenecen a un grupo criminal.

La prisión está en la misma región en la que está ubicada la cárcel de Alcaçuz, la mayor del estado brasileño de Río Grande de Norte, donde a comienzos de año se registró un enfrentamiento entre bandas rivales que dejó 26 muertos. Y al menos 70 reclusos de Alcaçuz siguen desaparecidos, por lo que el número de víctimas podría ser mucho más elevado que el divulgado oficialmente por las autoridades.

El de la prisión de Río Grande de Norte es uno de los trágicos sucesos, junto con los vividos en cárceles de los estados de Amazonas y Roraima, que provocaron este año una de las peores crisis de la historia del sistema penitenciario brasileño, que dejó más de 150 muertos tan sólo en los primeros meses del año.

El hacinamiento y las pésimas condiciones de los presidios es uno de los mayores problemas del sistema carcelario brasileño, que alberga a 654.372 presos en las prisiones del país, 76 % por encima de su capacidad, según datos oficiales.