Al menos siete personas murieron y varias resultaron heridas, este lunes por la noche, por el bombardeo en un pueblo controlado por el Estado Islámico (EI) en el noreste de la provincia de Alepo, mientras que se registró un nuevo avance del Ejército sobre el valle del río Barada (Wadi Barada), en las afueras de la capital siria, donde busca recuperar el abastecimiento de agua a Damasco.

Helicópteros castrenses, que se cree que pertenecían a las fuerzas gubernamentales sirias, atacaron la zona de una escuela donde se refugiaban desplazados en la localidad de Qasr al Brih, situada a 15 kilómetros al sureste de la ciudad de Al Bab, informó este martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Al Bab es el principal feudo del EI en la provincia de Alepo y en los últimos días su periferia ha sido blanco de ataques por parte de fuerzas gubernamentales, pero también es uno de los objetivos de una ofensiva de rebeldes sirios, que pese a ser respaldados por carros de combate y aviones turcos, que no han conseguido grandes avances en Al Bab desde el inicio de su ataque el 10 de diciembre.

La ONG afín a los opositores sirios, con sede en Londres, reportó también los esfuerzos del Ejército sirio para recuperar el valle del río Barada, un zona estratégica de las afueras de Damasco que permanece desde 2012 en manos de los rebeldes, informó hoy la agencia de noticias EFE.

Pese a la tregua acordada el 30 de diciembre, el ejército redobló sus esfuerzos para recuperar esa región, y en particular la localidad de Ain al Fiya, que provee de agua a más de 5 millones de habitantes de la capital siria y 2 millones en su periferia, suministro que se encuentra interrumpido desde el 23 de diciembre pasado.

En la zona, se oyeron fuertes explosiones originadas por el fuego de la artillería gubernamental contra esa población y otras áreas del valle, afirmó el OSDH.

También durante la jornada de este martes, el frente Fateh Al Sham, ex filial del Al Qaeda en Siria, atacó posiciones del rebelde Ejército de los Muyahidines (guerreros santos) en las provincias de Idleb y Alepo.

Los rebeldes señalaron que la única explicación que encuentra al ataque es el objetivo de servir "al régimen (de Bashar al Assad) para desencadenar una batalla interna" entre los rebeldes.

En la nota, el Ejército de los Muyahidines pidió al resto de grupos insurgentes que permanezcan unidos "como un solo hombre" para hacer frente al pensamiento "jariyí", una rama del islam alternativa al sunismo y al chiísmo, que significa "el que se sale" y que defiende una aplicación rigorista de la religión.

Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisó que la antigua rama de Al Qaeda, que hasta julio pasado se denominó Frente al Nusra, asaltó un campo de entrenamiento del Ejército de los Muyahidines, que en ese momento estaba vacío, en el pueblo de Mar Shurín, en el sur de Idleb.

Tras conquistar el campo de entrenamiento, el Frente Fateh al Sham intentó hacerse con el dominio de un cuartel de la misma organización en la localidad, pero los vecinos y los rebeldes presentes en Mar Shurín abortaron el ataque.

Un asalto similar tuvo lugar en la población de Al Halzún, en la frontera entre Idleb y Alepo contra bases del Ejército de los Muyahidines.

Por el momento, se desconoce el motivo de estos ataques, ya que en el pasado ambos grupos han colaborado en el campo de batalla y han luchado contra los efectivos gubernamentales sirios.